MÉXICO-EEUU: Críticos del libre comercio miran al Norte

Sectores sindicales y de izquierda de México ven con simpatía la advertencia de los dos precandidatos a la presidencia de Estados Unidos por el opositor Partido Demócrata, sobre sacar a su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta o TLCAN) si ese instrumento no se renegocia.

El acuerdo de libre comercio, aprobado en 1994, incluye a Canadá, Estados Unidos y México, cuyos gobiernos rechazan esa posibilidad sugerida por la senadora Hillary Rodham Clinton y su colega Barack Obama, quienes aún batallan para definir quién será el candidato opositor en las elecciones estadounidenses de noviembre.

Analistas políticos, sin embargo, consideran que la amenaza de abandonar el Nafta es parte de la retórica electoral dirigida a atraer votantes de sindicatos y de sectores de izquierda, pero que difícilmente se concretará si alguno de ellos llega a la presidencia.

En México, las organizaciones que piden revisar el Nafta afirman que éste, vigente desde 1994, dañó a su país, especialmente al sector rural, mientras algunos sindicatos y grupos sociales estadounidenses alegan que provocó pérdida de empleos domésticos.

Los argumentos estadounidenses para revisar el tratado se centran en la debilidad de sus aspectos ambientales y de derechos laborales, que en los hechos rebajan principios consagrados en la legislación de ese país.
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Hasta ahora, estos grupos no lograron que sus demandas de revisar el tratado se concreten a pesar de una serie de protestas, entre ellas la masiva marcha callejera de campesinos realizada en la capital mexicana el 31 de enero.

Pero desde el punto de vista de los opositores al libre comercio, la anhelada revisión podría venir en un futuro cercano desde Estados Unidos, país que ha sido férreo impulsor del instrumento durante los dos períodos de gobierno del demócrata Bill Clinton (1993-2001) y en los dos que terminarán en enero de 2009 del actual presidente George W. Bush, del Partido Republicano.

"La posibilidad de un triunfo demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos es alta y con ello podría venir la esperada y necesaria revisión", dijo a IPS Alejandro Villamar, portavoz de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC).

En febrero, la senadora Clinton declaró que "saldremos del Nafta a menos que lo renegociemos en términos favorables para Estados Unidos".

Por su parte, Obama señaló que usará "el martillo", cláusula de retiro del acuerdo, "como presión para asegurarnos que obtendremos estándares ambientales y laborales que sean vigilados".

En cambio, el senador John McCain, seguro candidato del gobernante Partido Republicano, propone profundizar el tratado y avanzar en acuerdos de libre comercio con otros países.

El artículo 2205 del Nafta contempla la posibilidad del retiro de uno de los socios con el único requisito de dar aviso con seis meses de anticipación.

"La postura de los candidatos demócratas frente al tratado es la más adecuada porque responde a una demanda de gran parte de la sociedad de Estados Unidos, pero también de las de Canadá y México", aseguró Villamar.

La RMALC mantiene estrecha relación con la canadiense Red Quebequense sobre Integración Continental y la estadounidense Alianza para un Comercio Responsable, entidades no gubernamentales opuestas al Nafta, que demandan su revisión.

"No deberían tomarse muy en serio las advertencias de los demócratas. Sus dichos se enmarcan más bien en su intensa campaña para atraer votantes", señaló a IPS Alberto Reyes, un empresario de la construcción que importa calentadores solares desde Canadá.

"No veo otro motivo de peso y tampoco creo que se concrete", opinó Reyes.

Clinton y Obama arremetieron contra el Nafta en febrero, poco antes de las elecciones primarias (internas) en Ohio, un estado que tiene una de las más altas tasas de desempleo de Estados Unidos, atribuida por los sindicatos al cierre de empresas y su traslado a México.

Esa elección era clave para determinar si Clinton continuaba en su carrera cabeza a cabeza en la puja interna con Obama, quien a su vez buscaba asegurarse una ventaja decisiva. Los miembros de los sindicatos son tradicionales votantes demócratas. La senadora derrotó claramente a su rival en Ohio.

El ex presidente mexicano Ernesto Zedillo (1994-2000), actualmente director del Centro de Estudios sobre Globalización de la Universidad de Yale, escribió que "es difícil aceptar que políticos de la estatura intelectual" de Clinton y Obama, "crean realmente lo que han dicho sobre los efectos de las existentes políticas comerciales de Estados Unidos sobre el bienestar del pueblo estadounidense".

"Ellos y sus respectivos asesores en los temas económicos deben saber muy bien que estas aseveraciones no están garantizadas por un estudio serio. La evidencia seleccionada por conveniencia no es suficiente para validar la oratoria proteccionista de candidatos por lo demás brillantes", sostuvo.

En caso de renegociación o abandono del Nafta, los socios perderían ventajas comerciales y entrarían en una etapa de choques y problemas, pues se trata de economías altamente interconectadas, advierten autoridades mexicanas.

La izquierda mexicana y los activistas contra el libre comercio en este país consideran que la principal causa de los problemas del sector rural, donde se concentra la mayor proporción de la pobreza, es precisamente el Nafta.

En las zonas rurales habitan más de 20 millones de mexicanos, 75 por ciento de los cuales son pobres. Apenas un tercio de los puestos de trabajo del campo son formales y cuentan con beneficios sociales, y el éxodo hacia las ciudades mexicanas y estadounidenses es constante.

Sin embargo, el gobierno y el sector empresarial sostienen que, lejos de empobrecer al campo, el Nafta impidió su ruina total. Señalan que las exportaciones agrícolas mexicanas a Estados Unidos aumentaron más de 200 por ciento en los últimos 14 años y que en ese periodo la productividad del maíz se multiplicó por más de cuatro.

Además, recuerdan que gracias al libre comercio México es líder en ventas de varias hortalizas y frutas a Estados Unidos y que hoy es el cuarto productor mundial de huevos y pollo.

Datos oficiales indican que durante la vigencia del Nafta el comercio entre los socios creció más de tres veces. Además, precisan que las exportaciones de Estados Unidos a México aumentaron 3,3 veces y las de México a Estados Unidos 5,3 veces.

Según un estudio de Braulio Serna, un especialista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el Nafta no tuvo un impacto cuantitativo importante sobre el sector rural mexicano.

Los problemas del campo están más ligados a malas políticas públicas, crisis económicas globales y nacionales, factores climáticos y baja capacitación, entre otros aspectos, afirmó.

Los sindicatos de Estados Unidos, por su parte, afirman que el empleo en su país cayó porque los empresarios prefirieron mudar sus plantas a México, donde los salarios son bajos y las regulaciones laborales y ambientales menores.

"El acuerdo debe revisarse, pues es un clamor de millones", dijo Villamar. La RMALC patrocinó el 5 de marzo en Washington la creación de un grupo de trabajo entre legisladores de Canadá, Estados Unidos y México que abogará por la renegociación del Nafta.

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