El fundador de la organización Focus on the Family, James Dobson, manifestó su profunda preocupación sobre el futuro del movimiento conservador cristiano, en cuya definición y construcción él fue un participante clave.
"La pregunta es: ¿las jóvenes generaciones acudirán al llamado? ¿Quién defenderá a los niños por nacer en los años venideros? ¿Quién luchará por la institución del matrimonio, que hoy está contra las cuerdas?", se preguntó Dobson en una conferencia de la asociación de Radiotelevisoras Religiosas Nacionales.
La muerte de líderes evangelistas como el reverendo Jerry Falwell, D. James Kennedy y Ruth Gram. Bell "representan el fin de una era", según Dobson, para quien otros como Billy Graham, Chuck Colson, Pat Robertson y Check Swindoll abandonarán pronto el escenario.
El radioevangelista también se preguntó cuál será el impacto de estos fallecimientos recientes o inminentes en el conservadurismo cristiano.
"¿Quién estará dispuesto en la próxima generación a quemarse cuando es mucho más seguro y cómodo evitar la controversia?", inquirió Dobson a su auditorio.
La moderna Derecha Cristiana despegó a comienzos de los años 80.
La mayoría de los líderes evangelistas conservadores se alejaron de la actividad política desde 1976, cuando el entonces candidato del Partido Demócrata y luego presidente Jimmy Carter (1977-1981) revitalizó el activismo de las comunidades cristianas con sus declaraciones de fe religiosa.
Pero las posiciones liberales de Carter despertaron el clamor airado de la extrema derecha religiosa, que encolumnaron a su grey hacia el Partido Republicano, donde permanecen hasta hoy.
Ya a fines de los años 70, Falwell se hizo cargo del liderazgo de la organización Mayoría Moral, que creció en la década siguiente, la cual concluyó con el lanzamiento de la Coalición Cristiana por parte de Robertson.
Esta Coalición formó la infantería de la "revolución" encabezada desde 1994 por el representante Newt Gingrich, del Partido Republicano.
Este movimiento de "votantes con valores" ha constituido una gran fuerza política en lo que va del siglo XXI, al punto que se le atribuye la reelección del presidente George W. Bush en 2004.
Por estos días está de moda entre los liberales estadounidenses proclamar la muerte de la Derecha Cristiana. "Hemos ingresado en la era post-derecha religiosa", dijo en febrero de 2007 el periodista Jim Wallis, fundador de la revista cristiana progresista Sojourners.
"Aunque la religión tuvo una imagen negativa en las últimas décadas, los años por venir podrían ser moldeados por una dinámica y por una fe más progresista que hará más viables los necesarios cambios sociales", escribió Wallis en la revista Time.
En noviembre pasado, el periodista Bill Press, conductor del programa televisivo que lleva su nombre, observó que, "sin importar quién sea el próximo presidente de Estados Unidos, el pueblo ya ganó una gran victoria con la total desintegración de la otrora todopoderosa derecha religiosa."
También el periodista E. J. Dionne, columnista del diario The Washington Post, aseguró que "la era de la derecha religiosa ha terminado".
Pero los representantes de la cristiandad conservadora lo niega.
El director del Consejo de Investigaciones sobre la Familia, Tony Perkins, y el arzobispo Harry R. Jackson, fundador de la Coalición de Líderes de Alto Impacto, declararon: "Lo que nuestros críticos ven como un cisma son, en realidad, los dolores de crecimiento que preceden una saludable expansión"…
"El movimiento se adapta a un ambiente político cambiante y amplía su base mientras mantiene firmemente los principios que nos mantuvieron unidos hasta ahora", añadieron.
Resulta claro que la Derecha Cristiana está en un periodo de transición. Los viejos líderes murieron, otros jóvenes surgen. Muchos encabezan iglesias enormes con miles de feligreses cada domingo.
Mantienen su firme oposición al aborto voluntario y al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero también les preocupa el ambiente, en especial el impacto del recalentamiento planetario sobre los pobres, así como las políticas migratorias, la reconciliación racial y la lucha contra la miseria y el sida en África.
Pero cada nueva iniciativa de los jóvenes termina contrarrestada por los dichos de los veteranos.
Hace dos años, la vieja guardia cuestionó la Iniciativa Evangélica sobre Clima, una declaración que reconocía la seriedad del recalentamiento planetario, firmada por clérigos de mega-iglesias, rectores de universidades cristianas y teólogos.
Para peor, una encuesta de la firma Barna Research Group detectó una rebelión de los feligreses: 40 por ciento de los cristianos conservadores entrevistados para el sondeo votarían a un candidato del Partido Demócrata y apenas 29 por ciento al republicano John McCain.
* Bill Berkowitz es un conocido analista y observador del movimiento conservador estadounidense. Su columna, Conservative Watch, pasa revista a las estrategias, protagonistas, instituciones, victorias y derrotas de la derecha estadounidense.