El gobierno federal de México debe intervenir en la vieja disputa entre campesinos e indígenas por la selva de Chimalapas, que amenaza con destruir esa zona de características únicas en el mundo, advirtió el grupo no gubernamental Maderas del Pueblo. Indígenas poseen títulos de propiedad comunitaria desde 1687, y campesinos que llegaron al lugar después de 1970, se disputan Chimalapas, una selva casi no perturbada de mil 705 kilómetros cuadrados, señaló Miguel García, coordinador del grupo local Maderas del Pueblo.
Los campesinos desconocen la propiedad comunitaria de los nativos. Talan y queman flora para trabajar la tierra fuera con métodos ajenos al desarrollo sustentable, dijo García.
Los indígenas sostienen que esas tierras pertenecen al estado de Oaxaca, pero los campesinos dicen que son de Chiapas. Chimalapas capta 35 por ciento de las lluvias de México, según varios estudios, y allí nacen dos de los cuatro ríos más importantes y caudalosos del país.