Los ciudadanos que provocan desórdenes o suciedad en las calles de San Salvador pueden pagar sus faltas con labores comunitarias y ambientales en la ciudad, como el barrido del parque capitalino Cuscatlán o la siembra en el vivero municipal. El gobierno local impone multas de 11 a más de 800 dólares a quienes cometen faltas menores, como desorden o ebriedad en público. Pero son más exigentes con quienes arrojan basura fuera de los contenedores: la multa es de 857 dólares, cifra que se triplica si el acto se comete cerca de una escuela.
Entre enero y octubre, 153 personas cumplieron con este tipo de penas.