La camiseta blanca de Federico García dice «Nacimos para ser libres». Y es su deseo más fuerte tras haber vivido un secuestro de dos meses en 2003, en el noroccidental departamento de Antioquia.
Ese es también el impulso de García para asistir a las marchas por la libertad de los secuestrados y rehenes en Colombia.
"Deseo que ellos como yo, y más aun después de un cautiverio tan largo como el que han sufrido, tengan la posibilidad de volver a la libertad", dijo García a IPS.
"Participé en la marcha del 4 de febrero, en la del 6 de marzo, y estoy aquí de nuevo porque creo que la movilización sirve para tomar y mover conciencias" agregó.
Con una concurrencia mucho menor que las dos marchas anteriores y bajo un fuerte aguacero en la capital colombiana, la central Plaza de Bolívar recibió de nuevo este viernes a quienes claman por la libertad de al menos 37 rehenes y prisioneros de guerra en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como de algunos cientos de secuestrados con fines diversos, entre ellos el pago de extorsiones.
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"Defendemos la vida y por ello continuaremos trabajando. Lo hicimos ayer, lo hacemos hoy y vamos a seguir hasta cuando sea necesario", dijo a IPS el senador del opositor Polo Democrático Alternativo (PDA), Gustavo Petro.
El ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, afirmó ante los asistentes que "no sabemos si nos escuchan, secuestrados, pero les pedimos que aguanten, aguanten, aguanten".
Mockus lo repitió con insistencia hasta lograr que la plaza coreara la misma consigna: "aguanten, aguanten, aguanten".
Es una expresión de esperanza por las acciones internacionales en busca de la liberación de los rehenes, en especial de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, cuyo estado de salud podría ser delicado.
Otro grupo cantaba "que los suelten, que los suelten, que los suelten ya".
Y en el otro extremo de la plaza, los miembros de la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública, Retenidos y Liberados por grupos guerrilleros (Asfamipaz), repetían su llamado de todas las semanas, desde hace 10 años: "Vivos se los llevaron, vivos los esperamos".
La presidenta de Asfamipaz, Marlene Orjuela, considera "importante el acompañamiento internacional", pero hizo un llamado para que "no nos dejen solos cuando sea liberada Ingrid. Que no nos olviden", insistió. "Ahí se demostrará si realmente son solidarios con nosotros", dijo a IPS.
El mensaje de Orjuela se dirige a la misión médica humanitaria europea que espera desde el jueves en Bogotá alguna señal de las FARC para atender a Betancourt, de nacionalidad colombiana y francesa.
Las FARC quieren canjear a esas 37 personas por unos 500 guerrilleros presos. Pero si Betancourt y algunos otros rehenes fueron liberados, sólo permanecerían en la selva los uniformados, en rigor prisioneros de guerra, algunos de los cuales llevan 10 años de cautiverio.
Durante un acto de homenaje y desagravio a la senadora opositora Piedad Córdoba, celebrado el jueves, Orjuela afirmó que "hay que buscar nuevamente la comunicación con la guerrilla de las FARC a través de (el presidente venezolano) Hugo Chávez y Córdoba".
Es la esperanza que mantienen las madres, hijos y esposas de los uniformados. Chávez y Córdoba fueron aceptados en agosto como facilitadores para el canje humanitario por el presidente colombiano Álvaro Uribe, y cesados por éste en noviembre. Pero ellos mantuvieron sus contactos con la guerrilla y consiguieron que liberara de manera incondicional a seis rehenes entre enero y febrero.
En el acto del jueves, Córdoba divulgó un vídeo con la prueba de supervivencia del político Óscar Tulio Lizcano, que lleva casi ocho años como rehén de las FARC.
Martha Elena Rivas lleva siempre consigo la fotografía enmarcada de su hijo, el teniente de Policía, Elkin Hernández, de 31 años de edad, quien ha pasado poco menos de la tercera parte de su vida en calidad de prisionero de guerra.
Las FARC lo capturaron fuera de combate en octubre de 1998, cuando tenía 22 años, cerca de Paujil, poblado del sureño departamento de Caquetá.
"Lo siento muy cerca. Sé que mi hijo va a llegar muy pronto", dijo Rivas a IPS. "Desde que la doctora Piedad nos trajo las pruebas de supervivencia, sentí que eso es un paso para la libertad de mi hijo".
"Es importante continuar con el proceso", dijo Rivas, quien no ahorró elogios para Córdoba.
"Durante cuatro años y cinco meses no supe de mi hijo. En marzo recibí una carta en que me dice: mujer de mis ojos, mi mami, mi amiga, mi verdad… jamás me has dejado solo", cuenta Rivas.
"Lo sentí positivo, fortalecido, con gallardía para expresarse. Lamentaba la ruptura del presidente Chávez con el doctor Álvaro Uribe", relató Rivas en referencia a la crisis binacional desatada tras el cierre de las gestiones oficiales del venezolano.
"Por mi parte estaré en todas las movilizaciones, y en cualquier lugar en donde esté, porque pienso mucho en ellos y les deseo libertad", insistió el ex secuestrado García.
* Con aportes de Constanza Vieira (Bogotá).