La Unión Europea (UE) utiliza su política comercial para consolidar la influencia de sus empresas en la economía de los países más pobres, advirtió el experto de una organización humanitaria.
Europa Global, estrategia de la UE oficial desde 2006, sugiere que los negociadores comerciales deben esforzarse por eliminar cualquier obstáculo a los negocios en el extranjero por parte de empresas del bloque, según la organización británica antipobreza World Development Movement (WDM).
Un informe publicado el día 21 por WDM considera que este programa, aprobado por la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, "consolida un plan de dominio económico europeo al máximo que se puede sin recurrir a la fuerza militar".
WDM compara las recomendaciones de Europa Global con las medidas tomadas por las potencias imperiales en sus colonias del siglo XIX, algunas de las que se extendieron hasta principios del siglo XX.
Entonces, Gran Bretaña obligó a sus colonias a implementar los principios del libre comercio, por ejemplo, prohibiendo que se gravaran las importaciones.
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Europa Global "representa un punto de inflexión" en la estrategia comercial de la UE, según el autor del informe, Tim Jones.
Hasta entonces, la UE presentaba la liberalización comercial como una política ventajosa para el desarrollo de los países pobres.
"En cambio, Europa Global desecha gran parte de la retórica del desarrollo y la sustituye por una estrategia más descarada hacia la apertura de mercados a las empresas europeas", añadió.
Pero Jones también sugirió que los anteriores argumentos a favor de los supuestos beneficios del libre comercio aparecen como huecos cuando se analiza la situación de países como México y Sudáfrica.
Un acuerdo vigente entre la UE y México desde 2000 permitió a empresas extranjeras asumir el control de sectores clave de la economía del país latinoamericano, como la banca y la electricidad.
Las compañías europeas cosecharon unos 878 millones de dólares en 2006 sin tener que respetar ninguna cláusula que las obligue a reinvertir parte de ese dinero en ese país.
Un acuerdo firmado por la UE y Sudáfrica en 1999 permitió al bloque mantener sin recortes sus impuestos a la importación al vino del país africano, que, en cambio, debió reducir en 2004 los suyos respecto del vino europeo con miras a su eliminación total en 2012.
El aumento de ciertos importaciones terminó elevando la desocupación en Sudáfrica, un país con 40 por ciento de la población activa desempleada, según el estudio.
Tras el inicio de la reducción de los aranceles a los productos de confitería importados, establecida por el acuerdo de 2004, el empleo en la industria azucarera de Sudáfrica cayó 24 por ciento ese año.
Europa Global fue objeto de discusión de una conferencia internacional realizada en Bruselas a principios de este mes.
El parlamentario de Malasia Charles Santiago señaló en la conferencia que la UE pretende usar los acuerdos bilaterales de libre comercio para convencer a los países pobre de aceptar disposiciones ya eliminadas de la agenda de la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales.
Los acuerdos bilaterales "representan una vía para que los países industrializados aíslen a otros estados de forma individual", señaló Santiago. "No se trata de promover el comercio y la inversión, sino de controlarlos."
La UE trata de concluir acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, con India y con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
En lo que respecta a Corea del Sur, las estimaciones indican que el convenio representaría un aumento de más de 13 por ciento de las ventas del bloque a ese país, cuyas exportaciones, en cambio, sólo se elevarían 2,5 por ciento.
Las consecuencias para la agricultura de algunos países asiáticos serán desastrosas si sellan acuerdos de libre comercio con la UE.
"Si se eliminan los aranceles, las industrias lácteas y de chacinería surcoreanas quedarán destruidas", señala el informe, en alusión a la importación de productos europeos subsidiados. "Asia puede decirle adiós a su agricultura familiar."
Por su parte, la organización humanitaria Oxfam Internacional publicó otro informe, también el día 21, según el cual los Acuerdos de Asociación Económica (EPA) que la UE negocia con sus ex colonias de África, el Caribe y el Pacífico pueden causarles un "daño irrevocable" a esos países pobres.
El comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, se negó este mes a volver a negociar cualquiera de los 18 EPA ya firmados con países africanos, pues eso traería "incertidumbre legal y riesgos, deshaciendo todo lo que hemos logrado".
La Comisión Europea se comprometió a dar un plazo de 25 años a las naciones africanas para abrir totalmente sus mercados a las importaciones, pero ese periodo de transición sólo se respetó para una reducida cantidad de países y una pequeña cantidad de productos, arguyó.
La reducción arancelaria dispuesta por los EPA puede implicar una disminución de ingresos a las arcas estatales de 360 millones de dólares al año, según Lamine Ndiaye, portavoz de Oxfam.
"Nuestro análisis muestra que esos acuerdos se apartaron del formato que deberían tener a favorece del desarrollo", remarcó Ndiaye. "El costo será enorme".