Activistas de derechos humanos reclaman a la Unión Europea (UE) que utilice su influencia con el presidente electo de Rusia, Dmitry Medvedev, para insistir en que se investiguen exhaustivamente los abusos cometidos en la república separatista de Chechenia.
El tema debe ser considerado primordial en las relaciones de la UE con Medvedev, quien sucederá el 7 de mayo al actual mandatario ruso, Vladimir Putin, señalaron.
Durante los últimos tres años, la Corte Europea de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, Francia, encontró en 25 oportunidades culpable a Rusia de cometer violaciones a los derechos humanos en Chechenia, incluyendo torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Las autoridades rusas no investigaron seriamente los casos.
Moscú invadió Chechenia, república de la Federación Rusa, en 1994 para reprimir al movimiento separatista local. La guerra, en teoría, finalizó en 2002, aunque actos de terrorismo de insurgentes chechenos y acciones militares rusas continuaron a la orden del día.
Aunque las relaciones entre Putin y varios gobiernos que forman parte de la UE han sido tensas en los últimos tiempos en torno a un abanico de temas, desde la seguridad alimentaria hasta casos de supuesto espionaje, el bloque europeo ha indicado que desea mejorar el vínculo durante el mandato de Medvedev.
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Esta intención fue ratificada, luego de una conversación telefónica con el mandatario electo, por Janez Jansa, primer ministro de Eslovenia, que actualmente ejerce la presidencia rotativa de la UE.
Por su parte, Marc Franco, quien está a cargo de la oficina de Moscú de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, estimó que este año se avanzará en las conversaciones que buscan alcanzar un acuerdo político y de cooperación que normalizaría las relaciones.
A pesar de las evidencias sobre atrocidades en gran escala en Chechenia, auspiciadas por el Estado ruso, los líderes de la UE se han mostrado renuentes en los últimos años a plantear el tema de las violaciones a los derechos humanos o incluso apoyaron las políticas de Moscú.
El caso más notorio se produjo durante la cumbre de 2003 entre Rusia y la UE, cuando el entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se autotituló "abogado defensor" de Putin.
Para evitar la repetición de episodios de ese tipo, un grupo de organismos defensores de los derechos humanos reclamó el martes a la UE que los responsables por los ataques a civiles chechenos sean llevados ante la justicia.
"La UE puede ejercer un papel clave para presionar al gobierno ruso", dijo Tonya Lokshina, de la no gubernamental Human Rights Watch, con sede en Nueva York, durante un seminario organizado por el Parlamento Europeo.
"Para Rusia es muy importante la relación con la UE, lo que le otorga una gran influencia", agregó.
Miles de civiles murieron en Chechenia entre 1999 y 2000, como resultado de las operaciones militares rusas contra los separatistas. Aunque las operaciones iniciales fueron dirigidas desde Moscú, a partir de 2003 se aplicó una política de "chechenización" del conflicto, bajo la cual las autoridades locales asumieron nominalmente las acciones antiterroristas.
Se estima que los servicios de seguridad chechenos han sido responsables de alrededor de 5.000 desapariciones, pero nadie hasta el momento ha sido llevado ante la justicia.
En un encuentro organizado en agosto de 2007 en Madrid por la red no gubernamental Mujeres de Negro, la rusa Elena Vilenskoya destacó que "en Chechenia se vive ahora una situación similar" a de los tiempos de Yósif Stalin, quien gobernó la hoy desaparecida Unión Soviética entre 1924 y 1953. "Aunque todo el mundo cree que la guerra ha acabado, las torturas y los secuestros se siguen produciendo", alertó.
Putin, indicó Vilenskoya, aseguró ante la UE que los enfrentamientos habían terminado, pero "eso es falso. Nombró a un presidente marioneta, un criminal que quiere reconstruir la paz con torturas", enfatizó.
El año pasado, la Corte Europea de Derechos Humanos decidió sostener una queja presentada por Arbi Chitayev contra el Estado ruso.
El denunciante, quien fue acusado de pertenecer a los grupos insurgentes, estuvo preso en un centro de detención de Grozny, la capital chechena, junto con su hermano Adam. Según Chitayev, los castigos físicos no se interrumpían ni durante el tiempo de recreación, cuando los prisioneros eran obligados a correr alrededor de un campo con sus brazos extendidos mientras los guardias los golpeaban con palos.
Chitayev insistió en que no había cometido ningún delito y no se encontraron armas en el allanamiento a la casa de su familia, durante el cual fue arrestado. Los policías que lo detuvieron, agregó, eran "sádicos".
"Doce de ellos nos golpearon y parecían disfrutarlo. Cada uno quería hacerlo mejor que sus colegas", afirmó.
Otro de sus hermanos, Rashid, rindió homenaje a la periodista Anna Politkovskaya, asesinada en 2006. "Era una de las pocas fuentes en las que se podía confiar respecto de la situación en Chechenia. Denunció actos criminales y las fechas de los mismos, cometidos por las fuerzas estatales. Ninguno de esos casos fue investigado por los fiscales", señaló.
Hubo dos guerras en Chechenia en la década del 90. Un estudio del Consejo Noruego para los Refugiados señaló que durante un período de 13 años, desde que estalló el primer conflicto en 1994, alrededor de 139.000 chechenos permanecieron en condición de desplazados en la Federación Rusa.
Aunque las autoridades de Moscú aseguran que es seguro para ellos retornar, el Consejo cuestiona esa afirmación, destacando que continúan en Chechenia las desapariciones y los asesinatos, aunque con menos frecuencia que en el pasado.
Svetlana Gannushkina, del Comité Ruso de Asistencia Cívica, dijo que los chechenos que viven en territorio de la República Rusa deben enfrentar una creciente xenofobia. El retorno se presenta complicado, agregó, por la ausencia de puestos de trabajo y la pesadilla burocrática que significa obtener un permiso de residencia.
Gannushkina apeló a los países miembro de la UE para que no expulsen a los chechenos que viven en sus territorios y buscan obtener asilo, cuyo número se incrementó en los últimos años.
"Rusia es un país poderoso y es difícil contrarrestar lo que ocurre allí. Sin embargo, si se otorga la condición de refugiados a los chechenos se verá que Europa expresa su opinión con independencia de Moscú", afirmó.
La eurodiputada francesa Hélène Flautre calificó como "escandalosa" la posición de su país, que asumirá la presidencia rotativa de la UE en el segundo semestre de este año, frente a los chechenos que buscan asilo, a quienes les niega asistencia y permisos de trabajo.