ALIMENTACIÓN-MÉXICO: Nueva receta contra vientos globales

El presidente de México, el conservador Felipe Calderón, presentó este lunes una nueva estrategia contra la pobreza, centrada en otorgar ayuda alimentaria a la población más vulnerable.

México recibe los vientos de la crisis global alimentaria con la guardia baja debido a la caída progresiva del empleo en las zonas rurales, el proceso de urbanización y la creciente importación de granos y oleaginosas.

Aunque el impacto ha sido hasta ahora de poca magnitud, ya se hacen sentir aumentos en los precios de la comida que afectan a los sectores más pobres, que según cifras oficiales destinan cerca de 40 por ciento de sus ingresos para la compra de alimentos, frente a la media nacional de 25 por ciento.

"El componente alimentario será particularmente relevante en un entorno internacional sin precedentes de escasez y aumento de precios, al que la sociedad y los gobiernos debemos hacer frente de manera coordinada y decidida", dijo Calderón al anunciar la iniciativa.

Los primeros beneficiados serán unas 150.000 familias distribuidas en unas 80.000 localidades, sobre todo rurales, donde no hay escuelas ni centros de salud. Este país tiene más de 104 millones de habitantes.
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Este grupo poblacional, que recibirá alimentos, medicinas y atención primaria de salud, no tiene acceso al programa social "estrella" del gobierno, Oportunidades, que atiende a cinco millones de familias a condición de que los niños asistan a la escuela y las madres concurran a los centros sanitarios, entre otros requisitos.

El nuevo plan, bautizado Vivir Mejor, apunta a concentrar todas las acciones e iniciativas del área social del gobierno.

"Vivir Mejor parte de la premisa de que el mercado por sí mismo es incapaz de generar condiciones de vida digna para la gente y por eso se requiere la acción rectora y rectificadora del Estado, una acción igualadora que permita corregir las terribles condiciones de marginación que padecen millones de mexicanos", señaló Calderón.

Según datos oficiales, en el período 2000-2006 hubo un marcado retroceso en la cantidad de personas que viven en la pobreza, como consecuencia de las medidas asistenciales del gobierno.

Pero esos avances pueden verse neutralizados si continúan subiendo los precios de los alimentos, por lo que se requiere que el Estado invierta más en Oportunidades y se tomen medidas especiales, señaló Igor Paunovic, jefe de la Unidad de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México.

Desde fines del año, el arroz aumentó 12 por ciento, los huevos 23 por ciento y el pollo 10 por ciento en este país, entre otras alzas de productos que integran la canasta básica alimentaria.

Esto muestra una gran diferencia con el índice general de precios al consumidor, que además de los alimentos incluye otros rubros como transporte, vivienda, educación y otros servicios. En marzo fue de 0,72 por ciento y en la primera quincena de abril de 0,06 por ciento, según las estadísticas gubernamentales.

Según el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Jaime Yesaki, aunque no hay crisis en México existe un "estado de alerta amarrilla", que "podría pasar a roja si el gobierno y los productores se descuidan".

La producción es suficiente para responder a la demanda por un largo período, dijo Yesaki a IPS, pero advirtió que el país tiene una marcada dependencia alimentaria, pues importa cada año unos 17 millones de toneladas de granos, lo que lo coloca en una posición vulnerable ante la crisis actual.

Desde enero, el precio del arroz en los mercados internacionales aumentó 141 por ciento, mientras que el trigo se incrementó 130 por ciento en los últimos 12 meses. El maíz, base de la alimentación mexicana, nunca estuvo tan caro en 12 años, advirtió.

Diego Cabot, consultor de una empresa privada de alimentos, señaló a IPS que aunque México no es por ahora uno de los países con mayores problemas, se encuentra amenazado y no debería bajar la guardia, pues tiene una situación de dependencia alimentaria creciente.

Para cubrir la demanda interna, en 2007 México importó en promedio 42,7 por ciento de sus necesidades de productos como arroz, maíz, sorgo y otras oleaginosas, frente a 35,3 por ciento en 2004.

La producción nacional de la mayoría de los granos se mantiene estancada por los problemas que vive el sector rural, donde se concentra 75 por ciento de la pobreza extrema. Pero, aún así, México se mantiene como uno de los líderes mundiales en cuanto a exportaciones de hortalizas y frutas.

Los observadores apuntan que el empobrecimiento del sector agrícola está ligado al intenso proceso de urbanización del país.

El estatal Consejo Nacional de Población indica que viven en las ciudades dos de cada tres habitantes. En el último lustro del siglo XX, los centros urbanos absorbieron 80 por ciento del crecimiento demográfico y se estima que para el año 2010 captarán 85 por ciento del mismo.

Como consecuencia de este proceso, la cantidad de personas que trabajan en el sector agrícola, ganadero y otras actividades del campo pasó de 6,1 a 5,9 millones entre 2005 y 2007.

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