Las empresas en Argentina se disputan a profesionales, técnicos y aun a estudiantes avanzados, ante una demanda que supera la oferta de mano de obra calificada. Una situación bien distinta de la que afrontan los trabajadores con menos formación.
Seis años después del estallido de la peor crisis socioeconómica de la historia argentina, cuando la desocupación superó 20 por ciento de de la población económicamente activa, este indicador bajó hasta 7,5 por ciento a fines de 2007, tendencia a la baja que seguirá este años, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
La tendencia sugiere que se está a las puertas del pleno empleo, que según expertos se ubicaría entre tres y seis por ciento, aunque éstos advierten que hay problemas ocultos detrás del promedio que impiden afirmar que se llegó realmente a esa meta de ocupación.
"En el sector formal de la economía, el pleno empleo ya llegó", dijo a IPS el sociólogo Ernesto Kritz, de Sel consultores, una empresa especializada en estudios laborales. "El problema está entre quienes provienen de la economía informal, para ellos el desempleo está hoy en torno a 15 por ciento", advirtió.
Carlos Fontana tiene 54 años y hace cinco que no trabaja. Tenía una pequeña empresa de servicios que debió cerrar y desde entonces busca sin éxito un empleo remunerado. "El problema es la edad", dice a IPS. Pero, además, Fontana carece de título secundario y no tiene casi ningún manejo informático.
Kritz sostuvo que, incluso en los casos menos graves, los que tuvieron su último empleo en la economía informal sin registro ni aportes a la seguridad social— la posibilidad de colocarse resulta mucho más difícil.
Los expertos consultados coinciden en que la desocupación cayó muy significativamente en los últimos años. En el primer trimestre de 2003 la tasa era de 20,4 por ciento si se consideraba ocupados a quienes tenían subsidios de desempleo. De lo contrario el índice se elevaba a 26,6 por ciento en el mismo período.
Actualmente, no sólo el desempleo bajó sino que se redujo drásticamente la brecha entre las dos mediciones. Hay muchos menos beneficiarios de subsidios y quienes los mantuvieron pasaron a planes en los que no se pide contraprestación laboral.
Si se cuentan como desocupados los que tienen planes la tasa sube hoy apenas de 7,5 a 8,1 por ciento. "Nosotros estimamos que a fines de 2008 el desempleo abierto estará en 6,2 por ciento, que es un porcentaje cercano al pleno empleo", explicó a IPS Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein. Ese número está muy cerca del promedio de desocupación de los años 70 cuando efectivamente había pleno empleo.
Sin embargo, la economista reconoció que hay dos velocidades muy claras en el repliegue de este problema debido a las nuevas exigencias del mercado laboral que se enfrentan a una oferta despareja. Hay sectores muy preparados y otros con competencias nulas o de baja calidad.
"En algunos sectores de la industria la demanda está insatisfecha y las empresas se quitan trabajadores unas a otras, pero al margen de eso hay otros grupos con bajas calificaciones y muchas dificultades para insertarse", advirtió.
Esto es lo que vive a diario Claudio Flores, director de Agein, consultora en recursos humanos. Las firmas llegan a su oficina buscando empleados, después de haber agotado la búsqueda en otras empresas y muchas veces se van sin conseguir al candidato o candidata requerida.
"Hay una demanda laboral insatisfecha que se mantiene desde hace casi dos años y aún se agrava en algunos rubros. Pero yo no creo que se pueda hablar por eso de pleno empleo, porque a la vez nosotros vemos pasar una y otra vez a mucha gente que no consigue ubicarse", remarcó.
"Cuando publicamos avisos para pedir personal, viene ahora mucha menos gente que durante los años críticos, pero son personas que no reúnen los requisitos. Esa gente sigue dando vueltas. Les falta formación, experiencia, o no dan con el perfil que se busca", puntualizó.
Hace dos años, los trabajadores más demandados eran para la reactivación industrial. Se pedían muchos técnicos, jefes de planta y profesionales de la industria química, metalmecánica, automotriz, de papel, textil, caucho, plástico o cuero. Las empresas ofrecían cargos incluso a estudiantes avanzados de escuelas técnicas.
Ahora los más buscados son los recursos relacionados con el área de sistemas (analistas de sistemas, desarrolladores, ingenieros informáticos, programadores), la comercialización (administración de empresas, mercadeo, contadores), ingenieros industriales, electromecánicos, y especialistas en recursos humanos.
En algunos casos son profesionales, pero les falta actualización en el manejo de las nuevas herramientas. En otros se trata de trabajadores que estuvieron mucho tiempo fuera del sistema, sin la calificación adecuada, con una historia laboral de alta rotación, o con exigencias de salario que hace que se autoexcluyan, explicó Flores.
De todos modos, tanto Dal Poggetto como Flores coincidieron en que con capacitación y una búsqueda mejor orientada muchos podrían ingresar lentamente al mercado. Pero eso no es lo que pasa hoy.
"En este momento, 80 por ciento de nuestras búsquedas las cubrimos sacando a trabajadores de una empresa para que pasen a otra, y un porcentaje mucho menor de gente que está desempleada consigue reinsertarse", describió el director de Agein.
Mientras, la presidenta Cristina Kirchner ratificó el sábado el modelo económico de su gobierno y fijó como meta reducir para 2010 la desocupación a cinco por ciento, y la pobreza a menos de 10 por ciento.
"Por primera vez en cien años, en cinco años ininterrumpidos hemos tenido crecimiento económico a tasas superiores al cuatro y al cinco por ciento. Si volvemos a crecer este año, habremos completado el mayor período de crecimiento de nuestra historia", dijo la mandataria en la apertura de las sesiones del Congreso legislativo.