SRI LANKA: A la caza de votos en tierra de Tigres

El gobierno de Sri Lanka planea convocar para mayo elecciones en la Provincia Oriental, tradicional bastión de los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) que hace 10 meses quedó bajo control del ejército.

La oficialista Alianza por la Libertad del Pueblo Unido formó una coalición con los Tigres Populares para la Liberación de la Patria Tamil (TMVP), un grupo que se separó en 2004 del LTTE, y triunfó en las elecciones locales en el oriental distrito de Batticaloa celebradas el lunes.

El ministro de Relaciones Exteriores, Rohitha Bogollagama, declaró a la prensa que el plan de llamar a elecciones provinciales es parte de una «hoja de ruta» para resolver el conflicto étnico que ha sumergido en la violencia a esta isla durante años.

Bogollagama recordó que se trata de una promesa que formuló el gobierno cuando dejó sin efecto en enero el acuerdo de cese el fuego de 1992 con el LTTE.

La aplastante victoria del TMVP en los comicios municipales de Batticaloa era esperada, pues tanto la principal fuerza opositora, el Partido de Unidad Nacional, como la Alianza Nacional Tamil (TNA) los boicotearon por considerar que no se daban las condiciones para que la votación fuera libre y transparente.
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Ambas agrupaciones ahora se oponen al plan de elecciones provinciales del gobierno.

El TMVP fue creado en abril de 2004 por Vinayagamoorthi Muralitharan, conocido como «coronel Karuna», luego de romper con el LTTE. Ahora está liderado por Sivasuntharai Chandrakanthan, «Pillayan», quien encabezó el año pasado una revuelta interna contra Karuna.

Bogollagama saludó la victoria del TMVP como un «triunfo de la democracia».

A su juicio, «áreas que estaban bajo control del terrorismo tienen ahora un gobierno democrático. Además, un grupo que realizaba actividades terroristas ha ingresado en el proceso político. Y el éxito en las elecciones municipales ha abierto el camino para llamar a comicios provinciales, probablemente en mayo».

Los analistas y observadores electorales, sin embargo, han expresado sus dudas sobre las credenciales democráticas del TMVP, que todavía no ha entregado sus armas. Activistas de derechos humanos han señalado que el grupo recurre al reclutamiento de niños soldados, la extorsión, los secuestros y el asesinato.

Nueve organizaciones no gubernamentales señalaron, en un informe, que la presencia de observadores electorales internacionales otorgó la posibilidad de legitimar unos comicios frente a los cuales la mayoría de las personas sólo mostró apatía.

«Los responsables de la violencia buscaron causar una buena impresión en los observadores, ya que buscaban legitimar su influencia en las comunidades locales incorporándose a la vida política, pero reteniendo al mismo tiempo sus armas y usándolas cuando así lo desean», destaca el estudio.

«Por temor a represalias, las comunidades afectadas no informaron sobre las irregularidades ni protestaron contra ellas», agrega. Según el informe, la violencia caracterizó el proceso de nominación de candidatos.

Organizaciones de derechos humanos aseguran que el colapso de la tregua llevó a un gran aumento del número de asesinatos, secuestros y desapariciones, adjudicadas a las fuerzas armadas, el LTTE o el TMVP. Muchos consideran que se trata de una nueva fase de la guerra civil que sacude a la isla desde 1983 y ya causó más de 70.000 muertes.

El TMVP aseguró que no recurrió a la violencia o la intimidación y dijo que las elecciones fueron muy importantes para establecerse como un partido político genuino.

«Hubo muchas presiones, especialmente para que el TNA no participara», dijo a IPS Manorajan Rajasingham, coordinador en Batticaloa de la no gubernamental Acción Popular para Elecciones Libres y Limpias (Paffrel).

«Si hubiéramos presentado candidatos, los grupos paramilitares los hubieran asesinado brutalmente. Yo me vi imposibilitado de visitar mi propio distrito», señaló S. Jeyanandmoorthy, legislador del TNA por Batticaloa.

Según Rajasingham, la ausencia de candidatos de otros partidos redujo la violencia, especialmente en las áreas de mayoría tamil. «El TMVP sabe que tiene más para perder que para ganar si estallan los enfrentamientos», agregó.

El boicot a los comicios redujo severamente las opciones de los votantes. Rukshan Fernando, de la Fundación Ley y Sociedad, con sede en la capital, Colombo, declaró a IPS que por este motivo la mayoría de las personas no mostró interés por los comicios.

«Muy pocos creen que el TMVP, que conserva sus armas y cuyo líder está a punto de afrontar cargos por crímenes de guerra en Gran Bretaña, haya cambiado de la noche a la mañana para ingresar en el juego político democrático», agregó Fernando.

Sin embargo, la Paffrel destacó en una declaración que la respuesta de los votantes fue una señal de que los civiles quieren un cambio. «La participación relativamente alta muestra que desean dejar atrás la guerra y la militancia y quieren la restauración de las instituciones democráticas», señaló.

Es lo que piensan muchos ciudadanos, que pudieron concurrir a las urnas por primera vez en 15 años. «Tengo la esperanza de que por lo menos esta vez haya paz», dijo a IPS uno de los votantes, Kanapathipillai Thangaraja.

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