Un proyecto de construcción de 62 kilómetros de autopista en una zona vecina a la capital de México, donde hay un importante cuerpo boscoso, enfrenta a gobierno, ambientalistas y pobladores. Si el gobierno aprueba la construcción de la autopista Lerma-Tres Marías, tal como se prevé, «todos los compañeros daremos guerra hasta que el proyecto se eche para atrás», dijo a Tierramérica Gabriel Hernández, poblador de Huitzilac, municipio rural de unos 20 mil habitantes cercano a la zona por donde pasaría la vía.
Los pobladores opositores, con apoyo de organizaciones ambientalistas como Greenpeace, aseguran que la autopista afectará el Gran Bosque de Agua, que comparten los centrales estados de Morelos, México y la capital del país.
Se trata de una zona de 120 mil hectáreas considerada de gran capacidad de captura de agua y albergue de importante biodiversidad.