Pescadores hondureños propusieron al gobierno un plan de uso y manejo racional de los recursos del occidental golfo de Fonseca, una frontera marítima natural compartida con Nicaragua y El Salvador. Reunidos en el Comité para la Defensa y Protección del Golfo de Fonseca (Coodefagol), los pescadores sostienen que el deterioro de los bosques de mangle se agudiza por no existir planes conjuntos sobre formas sustentables de explotación.
“Estamos proponiendo que los estados ejecuten una política conjunta, porque los pueblos pesqueros, las comunidades fronterizas de los tres países tienen conciencia del daño, pero es preciso una vigilancia permanente”, dijo Jorge Varela, presidente de Coodefagol.
Unos 25 mil pescadores de Honduras, Nicaragua y El Salvador faenan en las aguas del Golfo de Fonseca, y si bien existen acuerdos mínimos de pesca común, “siempre se violentan las normas y nos preocupa que se está cortando el bosque de mangle, así como la cacería de tortugas, cangrejos, iguanas y otras especies”, agregó.