Los habitantes de las islas salvadoreñas de Conchaguita y Zacatillo, sobre el océano Pacífico, son el centro de un plan gubernamental para detener el vertido de residuos sólidos al mar y revalorizar las riquezas naturales del meridional Golfo de Fonseca. La agencia estatal Progolfo impulsa un plan de conservación y educación ambiental destinado a más de 2 mil residentes en los islotes. El plan fomenta métodos alternativos para la eliminación de basura, coordina jornadas de reforestación y asesora al gobierno local en la formulación de una normativa costera.
Una nueva ordenanza prohíbe que las aguas servidas sean arrojadas al mar y ya se puso en marcha un plan de 27 mil dólares para proteger el humedal El Krike, en el islote Zacatillo, un destino predilecto de los ecoturistas.