Ciento veintinueve cubanos residentes en el extranjero concluyeron este viernes en La Habana una reunión de tres días de marcado acento político, y que podría preanunciar una flexibilización de la política migratoria del gobierno de Raúl Castro.
"La agenda de esta cita no era para eso. Pero esos asuntos (los consulares) se debaten en el seno de nuestras agrupaciones y se lo haremos llegar al Ministerio de Relaciones Exteriores en su momento y por las vías adecuadas", dijo a IPS Usmel Díaz Sánchez, actor cubano residente en República Dominicana.
Díaz preside la Asociación Cultural Máximo Gómez, integrada por cubanos residentes en Santo Domingo, capital de ese país geográficamente muy cercano a Cuba. "Vinimos a dar y recibir información para poder revertirla luego en los países donde residimos", explicó.
En su opinión, los cubanos que optan por emigrar lo hacen, "generalmente", por razones económicas, y en segundo lugar por motivos familiares. "No están contra el sistema político", aclaró el actor, casado con una dominicana.
La reunión de "cubanos residentes en el exterior contra el bloqueo y el terrorismo" finalizó con una declaración que identifica al embargo estadounidense contra Cuba como el mayor obstáculo hacia el desarrollo de este país y la "normalización de los vínculos entre la nación" y sus emigrantes.
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También fustigaron las medidas del gobierno de Estados Unidos "contra la familia cubana, que violan los derechos de los cubanos residentes" en el país norteamericano, donde residen la mayoría de los emigrantes.
El gobierno de George W. Bush dispuso en 2004 limitar a uno cada tres años los viajes de cubanos a su país de origen y un máximo para los envíos de dinero de 1.200 dólares anuales, y sólo familiares directos, entre otras restricciones.
Los reunidos en La Habana, en su mayoría directivos de asociaciones de cubanos residentes en el exterior afines al sistema y el gobierno cubano, dijeron estar convencidos de que "el proceso de normalización de las relaciones entre la nación y la emigración constituye un proceso continuo e irreversible".
"Manifestamos nuestra confianza en que se continuarán aplicando medidas según lo permitan las circunstancias, sin afectar la seguridad nacional del país", añadieron en la declaración final.
Al inicio de la reunión, que congregó a 129 delegados de 34 países, el canciller Felipe Pérez Roque afirmó que el gobierno procurará hacer "cada vez más fluida la relación entre los cubanos que viven en el exterior y sus familias en Cuba y en hacer cada vez más expeditos todos los trámites y regulaciones".
Sus palabras crearon ciertas expectativas entre no pocas personas que aguardan la eliminación de obstáculos para viajar al exterior, además de la rebaja en los costos del trámite respectivo.
Sólo entre la carta de invitación que se exige a todo ciudadano que viaja por motivos personales y el permiso de salida el gasto equivale a 300 dólares.
Según el cálculo de Pérez Roque, actualmente viven en extranjero entre 1,3 y 1,5 millones de cubanos y sus descendientes, la mayoría en Estados Unidos. "Hay núcleos de más de 100 cubanos en 57 países", indicó el jefe de la diplomacia del gobierno de Raúl Castro.
Pérez Roque informó, además, que cerca de 400.000 cubanos residentes en el exterior tienen normalizada su situación migratoria, entre ellos casi 82.000 residentes temporales.
"No existen hoy problemas de fondo entre la nación y la inmensa mayoría de sus emigrados. El proceso de normalización de las relaciones es continuo e irreversible", aseguró el canciller.
En una declaración especial, los emigrantes consideraron "injustas" las condenas por "conspiración" para el espionaje y asesinato impuestas en Estados Unidos a René González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Fernando González y Antonio Guerrero, arrestados en 1998 y condenados tras siete meses de juicio.
La defensa de "los Cinco", como se conoce a este grupo, sostiene que los cargos de nunca pudieron ser probados. Sin embargo, tales imputaciones costaron una condena a cadena perpetua a Guerrero y a Labañino y dos a Hernández.
"Estos cinco compatriotas fueron objeto de un juicio rodeado de los prejuicios de los sectores más reaccionarios de la comunidad cubano-americana radicada en Miami (Estados Unidos)", indica la resolución, que exige al gobierno de Bush la inmediata liberación de los cinco encarcelados "por luchar contra el terrorismo y proteger a su pueblo".