Argentina y Venezuela apelaron a sus fortalezas en la producción de alimentos y petróleo para concretar nuevos acuerdos de intercambio y subrayar una alianza política que ayudará al ingreso venezolano al Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los acuerdos fueron firmados durante una breve visita de la presidenta argentina Cristina Fernández a su par Hugo Chávez en Caracas, mientras los reflectores de la política, la diplomacia y el periodismo en la región se concentraban en la crisis andina que siguió a la incursión colombiana sobre un campamento guerrillero en Ecuador.
Ya antes, en el Congreso legislativo de su país, la mandataria argentina expuso que continuaría la alianza con Chávez tejida por su esposo y predecesor Néstor Kirchner (2003-2007), la cual "no es una cuestión de simpatías personales o amiguismos políticos" sino "para cerrar definitivamente la ecuación energética en América Latina, que es clave".
Los acuerdos, "obvios ante las carencias de las respectivas economías y apremiados por sus coyunturas, no requerían la presencia de los presidentes para su firma, por lo que la escala de Fernández subraya el deseo de acentuar su gratitud con Venezuela", dijo a IPS el venezolano de origen argentino Adolfo Salgueiro, profesor de posgrado en asuntos internacionales en varias universidades venezolanas.
Fernández fracasó hace unas semanas en su intento, mediante una reunión tripartita con sus homólogos de Bolivia y Brasil, Evo Morales y Luiz Inácio Lula da Silva, de conseguir más gas boliviano para el próximo invierno meridional.
En lo inmediato, la compañía estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) acordó el suministro a su similar argentina Enarsa de 10 millones anuales de barriles (de 159 litros) de fueloil. "Asegura fluidez al sistema energético, por lo que este invierno no habrá problemas", dijo el ministro argentino de Planificación, Julio De Vido.
Para el largo plazo, se obtuvo un acuerdo marco para que Pdvsa y Enarsa (que no ejecuta labores de extracción de hidrocarburos) constituyan una empresa que buscará, explotará y mejorará crudo pesado en la Faja Petrolífera del Orinoco, en elsudeste de Venezuela.
Como ha ocurrido con otros desarrollos en la Faja, el acuerdo Pdvsa-Enarsa podría producir entre 100.000 y 200.000 barriles diarios de petróleo, lo que compensaría la declinante producción de hidrocarburos en Argentina.
Chávez felicitó a Fernández por "su acertada frase de la ecuación energética" y prometió que con base en las reservas venezolanas de hidrocarburos "la Argentina tendrá todo el gas y el petróleo que necesite durante todo el siglo XXI".
Los suministros serán siempre embarques de combustible, sepultado ya el efímero proyecto de un gran gasoducto que llevaría el fluido que Venezuela espera producir en su nordeste hasta el Río de la Plata.
También dijo el presidente venezolano que "Argentina tiene alimentos para 500 millones de personas" y, "dado que el mundo entrará en una crisis alimentaria este siglo, Venezuela necesita apoyo argentino para alcanzar su soberanía" en la materia.
Venezuela tiene un déficit en su oferta alimentaria oficialmente reconocido de 20 por ciento para sus 27 millones de habitantes, y desde hace meses escasean artículos esenciales como leche, carne bovina, pollo, huevos, harina de trigo, aceite y arroz.
Los acuerdos de Caracas prevén la exportación a Venezuela de 4.000 toneladas mensuales de carne de pollo, y la cooperativa láctea argentina SanCor, que ha recibido auxilio financiero venezolano, despachará este semestre 7.000 toneladas de leche en polvo y, cada mes, cuatro millones de litros de leche líquida de larga vida o duración.
Por una sola vez, las empresas argentinas Aceitera General Deheza y Nidera despacharán a Venezuela, respectivamente, 400 y 5.000 toneladas de aceite de soja en botellas. Otras firmas enviarán 10.000 toneladas de harina de trigo, a modo de prueba para medir la capacidad de panificación y la reacción de los consumidores al producto.
El secretario argentino de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, dijo que esos acuerdos de suministro alcanzan a 300 millones de dólares.
"Somos de absoluta y necesaria complementariedad", dijo Fernández, y agregó que "los dos ejes centrales del siglo XXI serán la energía y los alimentos".
Como para graficar ese sistema de ecuaciones, Chávez creó una filial de Pdvsa a comienzos de este año, para importar y distribuir alimentos en los sectores populares, y la empresa argentina Exologística aportará tecnología y gerencia para instrumentar el expendio de esos víveres en Venezuela.
También se firmaron acuerdos para facilitar la venta argentina de maquinaria agrícola, plantas agroindustriales y unidades de transporte a Venezuela.
La declaración que enmarcó los acuerdos anunció que Buenos Aires hará "nuevos esfuerzos" para facilitar el ingreso de Venezuela a Mercosur, como quinto socio junto a los cuatro fundadores, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
"Argentina está muy agradecida con Venezuela por la ayuda financiera prestada al gobierno de Néstor Kirchner para aliviar la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI)", dijo Salgueiro. Caracas adquirió papeles argentinos y se han emitido bonos conjuntos por un total superior a los 5.000 millones de dólares.
Argentina y Uruguay ya ratificaron el ingreso de Venezuela, pero falta el voto de los parlamentos de Brasil y Paraguay, donde hay voces reticentes ante la retórica izquierdista de Chávez, mientras que sus gobiernos animan el voto favorable por la admisión.
"Al final se impondrá el interés del estamento industrial paulista (de la sureña São Paulo), que tiene un ojo puesto en los jugosos negocios posibles con Venezuela, y se decidirá el ingreso de este país", sostuvo Salgueiro.
Finalmente, en medio de sus llamados a la paz en la región, Fernández y Chávez obviaron en su rápido encuentro camino a Santo Domingo —donde este viernes se reunió la cumbre del Grupo de Río— las diferencias a propósito de su relación con la comunidad judía internacional y el gobierno de Irán.
La presidenta Fernández teje lazos de privilegio con la comunidad judía "dictados por el peso numérico, económico, cultural, científico y mediático que tiene en Argentina", mientras que Chávez no está bien visto por sus constantes invectivas contra Israel y su política de ataques a territorios palestinos y libaneses.
Irán y Venezuela han desarrollado una "alianza estratégica", de mutuo apoyo político, comercio e inversiones, mientras que Buenos Aires sigue enfrentada a Teherán por la alegada responsabilidad de la dirigencia iraní en el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, en 1994, que cobró 86 vidas.