AMBIENTE-MÉXICO: Reforestación récord cosecha discordia

Un año atrás, activistas mexicanos criticaban la política forestal nacional por considerarla engañosa e insuficiente. Ahora surgen voces que ensalzan la labor del gobierno y su intención de plantar 280 millones de árboles en 2008.

Terrenos montañosos reforestados. Crédito: Comisión Nacional Forestal
Terrenos montañosos reforestados. Crédito: Comisión Nacional Forestal
Esta cifra representa un aumento de 30 millones de ejemplares respecto del año pasado.

"Se están haciendo cosas interesantes con personal muy calificado; deberíamos estar abiertos a los cambios", dijo a Tierramérica Sergio Madrid, portavoz de G-Bosques, coalición de 14 organizaciones sociales y de productores forestales.

El gobierno no ha establecido zonas especiales a reforestar, más allá de algunos programas especiales para zonas amenazadas, sobre todo en el sureste del país. La campaña funciona sobre todo en respuesta a solicitudes de dueños de predios de tierras rurales y de gobiernos estaduales.

Cada estado ha fijado su meta individual y de la suma de ellas emerge la cifra de 280 millones de árboles que se pretende plantar en más de 600.000 hectáreas para ayudar a frenar la pérdida boscosa. En 2007, la estatal Comisión Nacional Forestal (Conafor) recibió 80.000 solicitudes de reforestación, y sólo pudo dar respuesta a la mitad.

De los 100 municipios forestales de mayor marginación, ubicados principalmente en Guerrero, Chiapas y Oaxaca, se atendió a 85 por ciento de ellos.

Entre decenas de especies de árboles, arbustos y cactus, los pinos son los más sembrados. En las zonas áridas y semiáridas se plantan, por ejemplo, mezquites o algarrobos (del género Prosopis), nopales (género Opuntia), agaves (Agave) y pinos piñoneros (Pinus pinea L).

En áreas templadas, se siembran oyameles (Abies religiosa), fresnos (Fraxinus), cipreses (Cupressus) y Robles (Quercus), y en las tropicales cedro rojo (Cedrela odorata), caoba (Swietenia macrophylla), caobilla (Carapa guianensis) y rosa morada (Tabebuia rosea), entre otras especies.

Pero ecologistas como la organización Greenpeace afirman que la plantación de árboles es un fracaso y oculta una deforestación alarmante. El coordinador general de conservación y restauración de la Conafor, Vicente Arriaga, declaró a Tierramérica que esas "ácidas críticas" de algunos activistas responden en parte a su falta de contacto con los silvicultores y los campesinos que reciben o piden apoyo oficial.

Según Arriaga, la deforestación actual es menor a 300.000 hectáreas anuales. En 10 años más, la reforestación "habrá compensado la pérdida de bosques", aseguró.

El gobierno del conservador Felipe Calderón cuenta con aval de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), máxima autoridad mundial en materia forestal, para asegurar que la pérdida de bosques en México va en franco retroceso y que la tala ilegal llegó a su registro mínimo.

Pero Héctor Magallón, encargado de bosques en la filial mexicana de Greenpeace, consideró que las cifras de deforestación no son creíbles, pues se pierden 600.000 hectáreas boscosas por año.

Los bosques mexicanos cubren unos 56 millones de hectáreas y cumplen un papel fundamental al capturar las dos terceras partes del agua dulce que se consume en el país.

Según Greenpeace, México es uno de los cinco principales deforestadores del mundo, lista en la que ubica primero a Brasil, seguido de India.

El portavoz de G-Bosques coincidió en señalar que las cifras oficiales de deforestación son dudosas. Madrid cree que hubo "problemas metodológicos al momento de obtenerlas".

El gobierno destinará este año unos 500 millones de dólares a programas forestales. Esta suma sin precedentes se reparte en tareas de reforestación, pago de servicios ambientales a propietarios de zonas boscosas y a conservación de suelos, entre otras.

Pero Greenpeace argumenta que sembrar más árboles no soluciona el problema, pues sólo un bajo porcentaje de ellos sobrevive. "El programa es un fracaso", aseguró Magallón a Tierramérica.

Arriaga acusa a los activistas de usar cifras de los años 80 y enfocar de manera equivocada la supervivencia de los árboles.

En las ciencias agroforestales se considera adecuado esperar que sobrevivan, en un plazo de 30 años, apenas 10 a 30 por ciento de los árboles sembrados, según Arriaga. "Ahí no hay ningún fracaso", afirmó.

Elevar al máximo la densidad de árboles por hectárea es uno de los objetivos, pues luego se deben cortar los ejemplares que menos prometen en su desarrollo, explicó.

Entre sus 10 y 15 primeros años de vida, los árboles despliegan su mayor capacidad de captura de carbono, el principal gas vinculado a la contaminación climática. Luego muchos ejemplares deben ser cortados, pues si se mantiene la alta densidad pierden gran parte de esa propiedad, indicó.

Madrid, de G-Bosques, quien hace un año veía con suspicacia los programas oficiales, ahora los considera correctos, "aunque aún insuficientes".

Madrid resaltó que el gobierno destina unos 100 millones de dólares anuales para pagar diversas cantidades a dueños de bosques en 8,5 millones de hectáreas para que estos los conserven y manejen.

"El apoyo podría y debería llegar a 20 millones de hectáreas, pero hay un avance y no quisiera poner los acentos en los puntos donde puede cojear la estrategia", apuntó.

Sobre los millones de árboles que se sembrarán este año, opinó que es un programa válido, "independientemente de la posible supervivencia de los árboles".

Además, que el gobierno publicite la reforestación y se proclame líder mundial en la materia "no es negativo, pues con eso ha logrado activar la conciencia ambiental", opinó.

Magallón, en cambio, consideró "una vergüenza" que el gobierno apoye de forma "tan marginal" la conservación de los bosques existentes y que dé tanta publicidad a la reforestación.

Arriaga refutó a Greenpeace que el gobierno gaste más en reforestación que en conservación de suelos, pagos de servicios ambientales a campesinos y otros rubros. "Nos hemos reunido con ellos y les hemos dado las cifras", declaró.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) estableció como meta mundial para 2007 y 2008 la siembra de 1.000 millones de árboles anuales. México es el que más contribuye a ese objetivo, aseguran las autoridades.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 1 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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