Luego de años de ocupación israelí, el Día de San Valentín no significa mucho en la Franja de Gaza. Pero las flores que los enamorados se obsequian en Europa sí.
Majed Hadaeid lo sabe mejor que nadie, mientras observa cómo el ganado se come las flores que pensaba exportar.
"Tengo 13 hectáreas con claveles, de 30 colores diferentes, y variedades que producen entre 16 y 17 millones de flores al año", afirmó.
En Gaza, las plantaciones en su conjunto, que suman unas 47 hectáreas, rinden unos 60 millones de flores por año, entre mediados de noviembre y mediados de mayo. Las exportaciones se ubican en torno a los cinco millones de dólares y generan 4.000 puestos de trabajo.
Los floricultores usualmente venden su producción en el mercado de flores de Holanda, y el Día de San Valentín es la época de mayor demanda. Pero este año no pudieron atenderla.
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Cuando Israel cerró los cruces fronterizos también bloqueó el acceso a los mercados fuera de Gaza. El gobierno israelí exige que toda la producción de ese territorio pase primero a través de Israel.
Gaza puede exportar a la Unión Europea (UE) hasta 75 millones de flores libres de aranceles. "Este año sólo pudimos enviar a Holanda cinco millones", señaló Mahmoud Khlaiel, presidente de la asociación de floricultores local.
Hadaeid tuvo que despedir a 200 de sus trabajadores y ahora sus millones de flores son comida para cabras, burros, camellos y ovejas. Las sanciones israelíes, dijo, le costarán esta temporada más de un millón de dólares.
Ahora tuvo que buscar un trabajo para alimentar a sus 13 hijos, que tienen entre seis meses y 20 años de edad. La tierra en la que cultiva las flores es arrendada y corre el riesgo de perder la totalidad de su negocio.
Las ganancias con las que habitualmente paga los fertilizantes, las semillas, los salarios y los suministros simplemente han desaparecido.
En Gaza, las personas que no pueden pagar sus deudas frecuentemente terminan en prisión, como en la época feudal en Europa. El futuro de Hadaeid se vislumbra precario.
Afirma que no se identifica con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) ni con el secular y moderado partido Fatah. "No voté a ninguno de ellos. Israel es el culpable por este castigo colectivo que nos impuso", afirmó.
Lo mismo les ocurre a otros. Ayman Okal, quien se dedica a la floricultura desde hace 14 años, alimenta con sus claveles rojos a las cabras. "Cada año produzco entre ocho y nueve millones de flores, para Navidad y el Día de la Madre. Pero San Valentín es la época de mayores ventas", señaló.
Okal comentó que el bloqueo le significó una pérdida de alrededor de 600.000 dólares. Tuvo que despedir a todos sus trabajadores y enfrenta un futuro azaroso, con seis hijos para alimentar. Afortunadamente para él, es propietario de la tierra.
Israel pidió a los floricultores que firmaran una declaración diciendo que su producción no se exporta porque decidieron suspender los embarques.
"Es mentira", afirmó Khlaiel. "Israel devuelve las flores una vez que se marchitaron por la espera en el cruce fronterizo. Cada productor debe pagar cuatro dólares para enviar cada ramo, en adición al costo de las flores. Y una vez que se pierden debe pagar igual", agregó.
Las flores de Gaza se comercializan en Europa con el nombre Coral. Con la oportunidad del Día de San Valentín perdida, sólo le queda a los productores el Día de la Madre en ese continente (11 de mayo) para recuperar parte de sus costos, recuperar su negocio y alimentar a sus familias.
Los floricultores están pidiendo a Holanda y a la UE que presionen a Israel para que suspenda el bloqueo.