ECUADOR: Islas Galápagos en busca de energías limpias

Ecuador dio el primer paso para poner fin a la dependencia petrolera de las islas Galápagos, en el océano Pacífico, con la inauguración de un parque eólico de 10,8 millones de dólares en San Cristóbal.

El amenazado petrel de Galápagos. Crédito: Photo Stock (http://www.photostock.com.mx)
El amenazado petrel de Galápagos. Crédito: Photo Stock (http://www.photostock.com.mx)
El presidente ecuatoriano Rafael Correa recorrió el parque al celebrarse el 18 de este mes el 500 aniversario del descubrimiento de las Galápagos, y propuso declararlas libres de combustibles fósiles para 2015.

Ubicado a 1.000 kilómetros de la costa ecuatoriana, el archipiélago está compuesto por 17 islas pequeñas y 13 grandes. Tiene 30.000 habitantes y recibe más de 120.000 turistas por año.

Casi todo llega del continente, inclusive las enormes cantidades de gasóleo para el transporte y la generación eléctrica. En 2001, un buque cisterna chocó contra un arrecife en San Cristóbal, una de las islas principales, y derramó unos 568.000 litros de combustible en el océano.

Afortunadamente, las corrientes se llevaron la contaminación mar adentro, salvando especies vegetales y animales que sólo existen allí.

Tras esa casi catástrofe ambiental, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Rusia se asociaron a Ecuador, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y nueve de las mayores empresas eléctricas del mundo para construir el Proyecto Eólico San Cristóbal.

"Cincuenta por ciento de la energía de San Cristóbal ahora procede de las tres turbinas eólicas de 800 kilovatios" que comenzaron a funcionar en octubre, dijo a Tierramérica Jim Tolin, gerente del Proyecto.

El gasóleo suministra el resto de la electricidad a los 6.100 habitantes de la isla, explicó.

Casi la mitad de la inversión del proyecto fue suministrada por la empresa estadounidense American Electric Power, Ecuador aportó 3,2 millones de dólares y otro millón corrió por cuenta de diferentes entidades de Naciones Unidas. Los asociados establecieron un fideicomiso para ayudar a financiar la operación y el mantenimiento del parque.

El boom del turismo ha hecho de Galápagos uno de los sitios de mayor crecimiento económico en América Latina, pero amenaza su ambiente único, que permaneció aislado del resto del mundo por miles de años.

Aunque 97 por ciento del territorio está protegido y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), esa agencia ha advertido que el turismo, las especies invasoras, la inmigración y la pesca ilegales son peligros graves para las islas.

Correa decidió declararlas en estado de emergencia, designó a un nuevo gobernador provincial y restringió los vuelos, el turismo y los permisos de residencia. Desde este año, todos los visitantes deberán presentar una credencial con fotografía para ingresar, como parte del control del tránsito.

El Proyecto Eólico San Cristóbal pasó por evaluaciones ambientales y muchos cambios para minimizar su impacto en las especies locales.

Las turbinas fueron reubicadas cuando se descubrió que estaban demasiado cerca de las áreas en las que anida el petrel de Galápagos (Pterodroma phaeopygia), en riesgo de extinción.

Durante el día, los petreles pescan en el mar y sólo regresan a la isla por la noche. Hasta ahora se sabía poco sobre las rutas de sus vuelos nocturnos. "Hubo gente que pasó meses observando sus movimientos con gafas de visión nocturna", dijo Tolin.

Un comité independiente ayudó a determinar cuál era el lugar más seguro para ubicar las turbinas. Residentes y operadores turísticos también participaron en la búsqueda de un sitio que permaneciera envuelto en niebla durante buena parte del año para minimizar el impacto visual, agregó.

Tres kilómetros de líneas de transmisión eléctrica se colocaron bajo tierra para proteger a las aves.

El ejecutivo aseveró que no se han registrado muertes de aves ni murciélagos atribuibles al funcionamiento de las turbinas.

"La preocupación primordial fue proteger este lugar invalorable y su increíble biodiversidad", dijo Michael G. Morris, gerente de American Electric Power.

El parque eólico es la primera etapa de un programa apoyado por Ecuador y el PNUD que llevará electricidad limpia a las cinco islas habitadas del archipiélago, mediante un sistema híbrido que combinará generadores eólicos, a gasóleo y fotovoltaicos (energía solar).

La semana pasada se anunció la construcción de una central eólica y solar para generar 3,2 megavatios de electricidad, que incluirá reactores alimentados a biocombustibles para la isla de Santa Cruz.

El ahorro de energía también forma parte del plan. Algunas medidas sugeridas por Tolin son sustituir los viejos refrigeradores por modelos nuevos más eficientes y reemplazar los vehículos de motores diésel por otros eléctricos que podrían recargarse durante la noche, cuando baja el consumo.

Pero un aspecto complicado para poner fin a la dependencia petrolera de las Galápagos es el subsidio gubernamental al gasóleo, que cuesta en las islas lo mismo que en Quito.

"Eliminen los subsidios y la generación eólica será competitiva", dijo Tolin.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 23 de febrero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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