Agricultores de la central provincia cubana de Ciego de Avila iniciaron la siembra masiva del árbol de Nim (Azadirachta indica), para aprovechar sus virtudes plaguicidas. La planta originaria de la India posee muchas facultades, y con su semilla se puede producir fácilmente un plaguicida natural eficaz contra 200 insectos, entre ellos la bibijagua, una dañina hormiga cubana que causa estragos en las plantaciones.
Además, los restos de las semillas sirven para alimentar ganado y aves, mientras que las hojas se utilizan para mejorar la fertilidad del suelo.
El árbol de Nim puede crecer entre 20 y 25 metros y su madera es resistente a las termitas.
Varias cooperativas de campesinos de la provincia sembraron ejemplares en los límites de sus predios, para aprovechar su protección contra los vientos, mientras sirven como postes vivos de las alambradas.