Setenta y cinco por ciento de los suelos de Argentina están degradados por la desertificación y las técnicas inadecuadas de labranza y pastoreo, advirtió la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales. En la austral Patagonia, la superficie afectada llega a 90 por ciento. El exceso de pastoreo desgastó la cobertura vegetal, lo que a su vez hizo caer la producción ganadera.
A fines de los años 90, apenas ocho millones de cabezas de ovinos quedaban en las praderas patagónicas, que durante décadas albergaron 20 millones de cabezas.
El deterioro de los suelos se extiende a las zonas central, noroccidental y oriental del país, no sólo por la ganadería excesiva, sino por la tala indiscriminada de bosques.
La Agencia de Cooperación Alemana (GTZ) extendió por tres años el programa de recuperación del suelo que desarrolla desde hace más de una década, para profundizar la lucha contra la desertificación.