En desesperado intento por continuar fuera del alcance de la justicia peruana que investiga la masacre de 69 campesinos perpetrada por militares el 14 de agosto de 1985, el capitán retirado del ejército David Castañeda insiste, sin éxito, en pedir asilo político en Estados Unidos.
El oficial militar alega que no puede regresar a Perú porque lo ha amenazado de muerte la insurgencia maoísta de Sendero Luminoso, contra la que combatió en la segunda mitad de los años 80.
Castañeda, Telmo Hurtado Hurtado y Juan Rivera Rondón encabezaron las patrullas del ejército que arrasaron la comunidad de Accomarca, una población de la región del sur andino de Ayacucho, donde supuestamente se escondían militantes senderistas.
Las investigaciones concluyeron que Hurtado fue quien dirigió la matanza, Rivera tendió un cordón de seguridad para que nadie huyera y Castañeda obstaculizó las vías de escape del poblado al frente de su patrulla denominada "Tigre", según fuentes judiciales.
Coincidentemente, los tres se refugiaron en Estados Unidos, burlando los requerimientos de la justicia peruana, que los ha declarado en rebeldía ante la reiterada negativa del grupo a responder las citaciones por el caso Accomarca.
Hurtado y Rivera fueron detenidos en abril de 2007 en Estados Unidos por violar las leyes de inmigración y siguen encarcelados mientras se tramita su expulsión a Perú. Pero Castañeda se salvó del arresto porque ya había iniciado el proceso de pedido de asilo político en ese país.
Pero tres jueces del Primer Circuito de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos, con sede en el oriental estado de Massachussets, rechazaron el 29 de septiembre de 2006 la petición ante la posible implicancia en la masacre de Accomarca del solicitante y por no sustentar debidamente la amenaza de Sendero Luminoso de la que dijo ser víctima.
Fuentes del Tercer Juzgado Supranacional de Derechos Humanos con sede en Lima informaron a IPS que pesa sobre el capitán Castañeda una orden de captura internacional por esta causa de la masacre de Accomarca.
En el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que investigó la guerra interna entre 1990 y 2000, está acreditado que el capitán Castañeda lideró la patrulla "Tigre" en la acción que culminó con la masacre.
IPS tuvo acceso a documentos del expediente judicial sobre el caso, entre los que se cuenta un informe confidencial de la Inspectoría de la Segunda Región Militar del Ejército en el cual se reporta que en los días primeros días del operativo la patrulla se cruzó con dos agricultores a quienes acribillaron a balazos por no obedecer la orden de "¡alto!".
El documento de la Inspectoría recomendó denunciar a Castañeda ante un tribunal castrense por "abuso de autoridad", un eufemismo del código de justicia militar para referirse a los excesos de los efectivos. Sin embargo, los jueces lo absolvieron no sólo por este hecho sino también por su participación en Accomarca.
Como confirma su foja de servicios, a pesar de su vinculación con la matanza no sólo continuó participando en la lucha contrainsurgente de las décadas del 80 y 90 sino que fue ascendiendo de grado hasta alcanzar la capitanía.
Según su propia declaración, que consta en el fallo del Primer Circuito de la Corte de Apelaciones al que tuvo acceso IPS, Castañeda pidió su pase a retiro en marzo de 1991 y en agosto de ese mismo año obtuvo visa de turista para ingresar a Estados Unidos tanto para él como para su esposa y sus dos hijas, tras lo cual se radicó en Miami.
En 1993, no obstante su situación ilegal en los Estados Unidos, solicitó asilo político con el argumento de que él y su familia estaban amenazados por Sendero Luminoso. El Servicio Nacional de Inmigración y Naturalización (INS, por sus siglas en inglés) rechazó su petición el 7 de julio de 1999, porque "no cumplió con aportar pruebas para establecer que era elegible para el asilo".
Todo indicaba entonces que Castañeda sería expulsado, pero no se dio por vencido. Un reporte del INS indica que en 2002 ya se había presentado 11 veces ante distintos jueces de inmigración de Estados Unidos en busca de asilo político. Pero sus argumentos seguían sin ser creíbles para las autoridades.
Entre otras afirmaciones, dijo que había combatido contra Sendero Luminoso en la localidad de Tumbes, en la frontera con Ecuador, pero nadie encontró evidencias de que la guerrilla hubiera actuado en esa zona.
También aseguró que los senderistas le dispararon y le lanzaron un explosivo en Lima, y que luego intentaron secuestrar a sus dos hijas cuando salían de la escuela. Pero de nada eso aportó evidencias a los jueces.
También le fue desestimada por la dirección de migraciones estadounidense la petición hecha en octubre de 2004, porque su versión "no es creíble". Entonces, apeló el fallo, para lo cual entregó copias de la absolución dictaminada por la justicia castrense en el caso Accomarca.
Pero nuevamente fue rechazado el pedido, con el fundamento de que la decisión de la justicia militar peruana era "un fraude y que muchas veces otorgó impunidad a los violadores de los derechos humanos".
La defensa de los familiares de las víctimas de Accomarca fue informada en la segunda semana de febrero de que Castañeda había apelado una vez más la negativa a la solicitud de asilo político.
El capitán retirado del ejército sostiene que ni él ni sus hombres dispararon un solo tiro y que tampoco tuvieron conocimiento del asesinato de civiles en Accomarca porque estaban lejos del lugar de los hechos.
Empero, la opinión de los magistrados que rechazaron el pedido de asilo en Estados Unidos es que Castañeda" participó de uno u oro modo en la persecución de los pobladores" de Accomarca y que "las acciones de bloqueo de las vías de escape facilitaron la masacre".
Diecisiete años después de haber escapado de Perú y de su justicia, Castañeda nuevamente ha apelado ante los estrados estadounidenses, que ya se han pronunciado en el sentido de que no se ofrece asilo a los violadores de los derechos humanos.