La Organización Panamericana de la Salud (OPS) apoya en ciudades y áreas rurales de Nicaragua una campaña para eliminar el uso de plaguicidas industriales en la producción de maíz, hortalizas y otros cultivos. Con ayuda de esa organización, universidades de Managua y León, al oeste del país, capacitaron este año a 50 jóvenes en toxicología clínica y ambiental, para buscar alternativas que no dañen el entorno.
En el sector rural, el programa apoya la distribución de cartillas «que son una especie de abecé para los campesinos, a fin de que todos hablemos el mismo idioma», dijo a Tierramérica Anselmo Aburto, funcionario del programa Plagsalud de la OPS.
Nicaragua encabeza la reevaluación de esos productos en América Central y ha determinado cuáles son los seis más tóxicos de una lista de 12. Sin embargo, ninguno está todavía prohibido.