Casi dos millones de hondureños, un tercio de la población total, viven en extrema pobreza en las zonas de laderas, donde la erosión del suelo se agudiza por falta de técnicas apropiadas. La mayoría de los habitantes de esas zonas subsiste con menos de un dólar diario y no tiene acceso a la tierra, según un informe del Instituto Internacional para las Políticas Alimentarias y la Universidad WUR, de Holanda.
Hans Hansen, encargado de la investigación, dijo a Tierramérica que 82 por ciento de las tierras en Honduras corresponde a laderas.
En ellas la agricultura es la principal actividad económica, pese a que “estamos dañando el bosque por falta de capacitación y técnicas para conservar los suelos”, dijo a Tierramérica Dionisio Gonzáles, del Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras.