Más de diez mil hectáreas arrasadas por la explotación de níquel en Moa fueron reforestadas en ese municipio de la oriental provincia cubana de Holguín. Un programa de lucha contra la desertificación intenta rescatar suelos dañados por la extracción de ese mineral, mediante la plantación de especies arbóreas propias de esa zona, a 800 kilómetros de La Habana.
Se calcula que la producción anual de 70 mil toneladas de níquel requiere mover casi un millón de toneladas de tierras fértiles.
Los planes de forestación involucran a instituciones y especialistas de la industria del níquel, uno de los principales productos de exportación de la isla.