Un programa cubano para expandir a 30 mil hectáreas en los próximos dos años la superficie sembrada de bambú (Bambusoideae) tendrá un fuerte impacto ambiental, mediante la captación de carbono y la recuperación de suelos degradados, según expertos. El plan abarca a unas siete provincias –entre ellas Villa Clara, Holguín, Granma y Santiago de Cuba– e integra un proyecto para fomentar el uso de esa planta en la construcción, con financiamiento del Estado y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
También se montarán nuevos talleres para producir muebles y laminados de bambú, lo que permitirá diseminar tecnologías que comenzaron a desarrollarse en una primera fase del programa iniciado en 2005, dijo a Tierramérica Fernando Martirena, del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales de la Universidad Central de Las Villas.