Casi cuatro mil tortugas baula (Dermochelys coriacea) son rescatadas anualmente en Costa Rica de nidos en peligro por inundaciones o tránsito humano en el vivero del Parque Marino Las Baulas, sobre el océano Pacífico septentrional. Los huevos son protegidos hasta que nacen las tortugas y éstas inician su recorrido hacia el mar.
Costa Rica posee la población más importante de baulas del Pacífico oriental. Pero una década atrás desovaban en el parque dos mil tortugas, y ahora apenas 60 o 70 ejemplares.
Las causas de esa reducción fueron el robo de huevos, la utilización de líneas largas de pesca, la contaminación marina y el cambio climático que causa enfermedades en la piel de los reptiles, señaló a Tierramérica el secretario general de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas, Marco Solano.
La baula alcanza a pesar 500 kilogramos y a medir dos metros de longitud. Nada a grandes profundidades y su caparazón es suave y flexible como el cuero.