Un inventario de moluscos en el arrecife del Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, en la costa costarricense sobre el Caribe, permitió catalogar ese sitio como único en el mundo por su biodiversidad. En los cinco kilómetros cuadrados que ocupa ese arrecife, de la oriental provincia de Limón, se han descrito en cinco años 600 especies de moluscos, 10 por ciento de ellas previamente desconocidas, y se espera registrar de 800 a mil en la zona.
«Sólo este año tenemos cinco nuevas especies para la ciencia», dijo a Tierramérica José Espinoza, investigador del Instituto Oceanográfico de La Habana que realizó el inventario junto con la española Universidad de Oviedo y los costarricenses Instituto Nacional de Biodiversidad y Ministerio de Ambiente y Energía.
Entre las nuevas especies están el Pronum holandae, caracol marino anaranjado cuyo nombre homenajea a Holanda por su apoyo al proyecto, y la Polycera manzanilloensis, una babosa marina dedicada a la comunidad de Manzanillo.