Las autoridades de Chile prohibieron por 30 años la caza y captura de anfibios, reptiles, aves y mamíferos silvestres en la central área de Santiago Andino, uno de los 25 sitios del mundo cuya biodiversidad recomendó proteger el Banco Mundial. Las corrientes fluviales y embalses de Santiago Andino son importantes para la vida y la reproducción de numerosas especies acuáticas cerca de Santiago, y también es el lugar elegido por muchas aves migratorias.
La captura de muchas especies permitida hasta ahora y la destrucción de ecosistemas han contribuido a reducir la población de animales silvestres cuya caza sí estaba prohibida, como torcazas, patos cortacorrientes, cóndores, zorros chilla y lagartos leopardo.