El plan del gobierno de Chile de promover el turismo en la Antártida en iniciativas conjuntas con el sector privado, provocó reacciones diversas entre los grupos ambientalistas. Luis Mariano Rendón, director de la Coordinadora Ecologista, calificó la iniciativa de «buena», en tanto permita al público conocer un lugar privilegiado del planeta.
Rendón señaló que el turismo hacia la Antártida debe hacerse en condiciones de «máxima precaución», para devolver los desechos a territorio chileno y evitar la contaminación de parajes prístinos con ecosistemas muy frágiles.
Mientras, el Instituto de Ecología Política manifestó a través de su presidente, Manuel Baquedano, su completo rechazo al turismo en la Antártida, porque a su juicio no puede medirse con antelación su impacto ambiental.
El «turismo antártico», aseguró Baquedano, «produce un grave retroceso en la política de Chile en la Antártida, es contraproducente para el país y va a provocar riesgos ambientales».