POLONIA: Soldados acusados de matar civiles en Afganistán

Las tropas desplegadas por Polonia en Afganistán podrían estar involucradas en crímenes de guerra contra civiles indefensos.

Los informes han sacudido al público, que permanece sensible por el desempeño de sus misiones militares en el exterior. Pero las autoridades mantuvieron el flujo de información bajo control y dejaron a los medios de prensa la tarea de descubrir la verdad.

En agosto, una patrulla de tropas polacas y otra estadounidense fueron atacadas con explosivos. Los refuerzos polacos llegaron con rapidez y abrieron fuego sobre la aldea de Nangar Khel, cercana a la frontera entre Afganistán y Pakistán.

El ataque con morteros dejó ocho civiles muertos, entre ellos una embarazada y un niño. Tres mujeres quedaron lisiadas.

"Estamos muy preocupados sobre un posible crimen de guerra. Muchos no pueden creer que nuestros soldados hayan hecho eso", dijo a IPS Jacek Przybylski, editor de política internacional del diario Rzeczpospolita, uno de los principales del país.
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Sin embargo, otros en Polonia reclaman un castigo ejemplar para los soldados, una disculpa formal ante Afganistán y el pago de una abultada indemnización a las familias de las víctimas.

Si se prueba la existencia de un crimen de guerra, seis de los siete involucrados, que permanecen detenidos, podrían ser condenados a prisión perpetua. Pero otros oficiales podrían enfrentar cargos a medida que avance la investigación.

El fiscal militar, citando evidencia secreta, aseguró que no hubo intercambio de fuego y que se disparó a los civiles con la intención de matarlos. Acusó a siete soldados de violar las leyes internacionales.

La fiscalía no encuentra circunstancias atenuantes y sostiene que no se puede pensar en un error, por la forma en que los morteros fueron apuntados por algunos de quienes, se supone, son los soldados polacos mejor entrenados.

Se cree que no había en la aldea miembros del movimiento islamista afgano Talibán, aunque inicialmente los soldados informaron a sus comandantes que les habían disparado desde allí. Los oficiales involucrados también están acusados de obstaculizar la investigación.

El prestigioso diario Gazeta Wyborcza, citando fuentes anónimas, informó que la evidencia podría incluir un vídeo de un soldado polaco que ingresó a la aldea. Según el artículo, el comportamiento de las tropas fue atroz.

El comandante del contingente polaco en Afganistán, general Mark Tomaszycki, había dicho que sus soldados no habían entrado en la aldea y que sólo habían disparado a distancia.

También afirmó que las tropas no habían señalado que estaban bajo fuego, sino que sólo habían tenido "contacto" con miembros de la milicia Talibán.

Han surgido preguntas sobre las razones que llevaron a los comandantes a dar la orden de disparar sobre los civiles, y los motivos por la cual fue obedecida. No está claro el grado de conocimiento que tenían los superiores de los soldados sobre los detalles de la operación ni cuál es su nivel de responsabilidad.

Aparentemente, los fiscales militares no han interrogado aún a los oficiales superiores, aunque se trata de un requerimiento fijado por los procedimientos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esto genera sospechas de que podría tratarse de un intento de ocultar responsabilidades y utilizar a los soldados como "chivos expiatorios".

El diario Rzeczpospolita planteó esta hipótesis basándose en información que le brindó un oficial de servicio en Afganistán, cuyo nombre no fue revelado.

El diario también señaló que los abogados defensores plantearán la responsabilidad de los comandantes y los políticos. Se cree que podrían haber acordado una versión de los hechos con los soldados, prometiéndoles que el caso quedaría en la nada.

La radio RMF, citando documentos del tribunal, informó que un soldado se negó a cumplir la orden y abandonó el lugar. También señaló que un comandante dijo a los que permanecieron que no debían preocuparse por el hecho de que los cohetes hicieran blanco en la aldea.

La defensa también está planteando la teoría de que las muertes podrían haber sido causadas por un mortero o municiones defectuosas.

"Tenemos fuentes en el ejército que dicen que se trató sólo de un incidente y que pensaron que estaban atacando a los talibanes, por información que recibieron de las tropas estadounidenses", dijo Przybylski a IPS.

Las esposas de dos de los soldados acusados declararon que la "sugerencia" de abrir fuego provino de un comando estadounidense.

Según el diario Rzeczpospolita, los soldados polacos recibieron un mensaje de la base en el sentido de que la aldea debía ser destruida. Pero afirman que ellos apuntaban a las colinas vecinas, donde supuestamente se ocultaban los talibanes. Se cree que miembros de esa milicia se ocultan entre los civiles de las aldeas durante la noche.

Aunque los fiscales afirman que no hay pruebas que señalen una responsabilidad de las tropas de Estados Unidos, en Polonia el desencanto con ese país está en aumento.

El director del Departamento de Estudios Estratégicos de la Universidad de Varsovia, Roman Kuzniar, señaló que aunque el contingente polaco en Afganistán es parte de una misión de paz de la OTAN, ha sido subordinado a las fuerzas estadounidenses, perjudicando la calidad de su misión.

"Era seguro que nuestros soldados pronto adoptarían los métodos de combate de sus superiores estadounidenses y sus colegas, que ignoran completamente los derechos y límites establecidos por las leyes humanitarias internacionales", escribió en la edición del 21 de noviembre de Warsaw Dziennik.

Declaraciones del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no ayudaron a mejorar la imagen de Washington.

"Olvidó mencionar a las tropas polacas cuando hizo referencia recientemente a los aliados en Afganistán. Para los polacos es muy importante ser reconocidos como aliados de Estados Unidos", dijo Przybylski a IPS.

El despliegue de tropas en Afganistán e Iraq es impopular entre los polacos. Una encuesta realizada luego de conocerse las acusaciones de la fiscalía reveló que 85 por ciento de los consultados se oponían a mantener la presencia militar en ambos países.

La retirada de Iraq está prevista para 2008, pero aún no hay planes de reducir el contingente de 1.200 soldados estacionados en Afganistán.

Una gran mayoría de polacos creen que el gobierno debería presentar una disculpa oficial a Afganistán, pero el primer ministro Donald Tusk la condicionó a los resultados de la investigación.

Los aldeanos recibieron asistencia médica, comida y dinero, pero muchos lo consideran insuficiente y creen que podría ser interpretado como un intento de comprar su silencio.

"Debe pagarse una verdadera compensación a las familias de los muertos y heridos, en lugar de calmar nuestra conciencia arrojándoles sobras", señaló un comentario publicado en Warsaw Dziennik.

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