El relator especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación en Birmania, Paulo Sergio Pinheiro, advirtió que el régimen militar de ese país debe hacer concesiones antes del 18 de este mes para desbloquear la opresiva situación interna.
En esa fecha, Ibrahim Gambari, enviado especial para Birmania del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentará a la Asamblea General del foro mundial un informe de la situación en la nación asiática que puede ser decisivo para la adopción de eventuales sanciones contra ese gobierno, dijeron fuentes vinculadas al Consejo.
Sin embargo, opiniones contrarias a la adopción de condenas contra Birmania prevalecieron durante el examen que ese máximo organismo de derechos humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dedicó este miércoles al informe redactado por Pinheiro luego de la visita que efectuó a Birmania del 11 al 15 de noviembre.
Los países asiáticos, en particular los vecinos de Birmania, pidieron contemplación con el régimen militar que impera en ese país desde 1962. Esas autoridades habían sido duramente criticadas por el Consejo a raíz de la violenta represión de las manifestaciones perpetradas en septiembre y octubre.
Pinheiro comprobó que durante esos incidentes las diferentes unidades represoras vinculadas al gobierno emplearon una "fuerza excesiva" contra los civiles, incluyendo medios "letales innecesarios y desproporcionados".
El relator consignó que el número de personas detenidas durante esos episodios osciló entre 3.000 y 4.000. Es probable que entre 500 y 1.000 continúen aún en prisión al redactar el informe, dijo Pinheiro. Otras 1.150 personas, detenidas antes de las protestas de septiembre y octubre, tampoco han sido liberadas, insistió.
El experto dijo también que aguarda información del gobierno sobre el paradero de 653 personas detenidas, 74 desaparecidas y 16 adicionales fallecidas durante esa represión, que se suman a las otras 15 reconocidas en la información suministrada por el gobierno, aunque esta cifra "puede subestimar ampliamente la realidad".
Durante su estada en Birmania, Pinheiro tampoco encontró señales de que el gobierno aplique las demandas urgentes del Consejo de investigar y enjuiciar a los responsables de las violaciones de los derechos humanos, como también de liberar a detenidos y levantar todas las prohibiciones de actividades políticas pacíficas de las personas.
Con esos antecedentes, los representantes de países occidentales miembros del Consejo expusieron reclamos perentorios a la dictadura birmana para que deje en libertad sin demora a todos los presos políticos, y en particular a la líder de la oposición Aung San Suu Kyi, sometida a arresto domiciliario.
Marius Grinius, representante de Canadá, dijo que su país había anunciado la intención de imponer sanciones a Birmania a causa de los abusos contra los derechos humanos. Ottawa reclama a las autoridades militares que inicien un diálogo sincero con la oposición democrática, remarcó.
A su vez, Warren W. Tichenor, representante permanente de Estados Unidos, demandó al Consejo la adopción de una enérgica resolución que envíe un mensaje claro al régimen.
Ya es hora de la liberación incondicional de los presos políticos, incluida Aung San Suu Kyi, del cese de los arrestos de activistas democráticos y del establecimiento de un diálogo formal con la oposición democrática y las minorías étnicas, dijo Tichenor.
En cambio, los países asiáticos usaron un tono diferente para analizar la situación birmana. Bo Qian, representante de China, opinó que merced a los esfuerzos del gobierno de Birmania las cosas han mejorado en el país, ha vuelto la calma y la vida de las personas se ha normalizado. Dijo.
La comunidad internacional debe ser paciente y comprender las dificultades que afronta el proceso de reconciliación nacional en Birmania, insistió Bo.
Por su parte, Swashpawan Singh, de India, advirtió de que cualquier iniciativa debe tener miras a largo plazo y tratar de involucrar al gobierno birmano de una manera constructiva y sin intromisiones.
También la representante de Pakistán, Tehmina Janjua, quien habló en nombre de la Organización de la Conferencia Islámica, desechó la posibilidad de sanciones punitivas contra el régimen militar. Se necesitan soluciones no violentas, que no arriesguen la integridad del país, subrayó.
Los expertos internacionales que siguen de cerca el proceso de las últimas semanas en Birmania han coincidido en que el diálogo puede ser la vía apropiada para avanzar en un proceso de democratización.
El propio proyecto de resolución sobre el caso birmano, que circula entre los delegados de los 47 Estados que integran el Consejo y que será votado este viernes, propone reclamar a esa dictadura que se dedique con urgencia a entablar un diálogo vigorizado con todos los sectores nacionales.
También el representante de Birmania, Wunna Maung Lwin, aceptó ante el Consejo que la promoción y protección de los derechos humanos debe fundarse en los principios de cooperación y de diálogo genuino.
Pinheiro es un ferviente partidario del recurso del diálogo y del compromiso para afrontar el problema del país. No hay otra salida, dijo el relator de la ONU a IPS. "Queda descartada la idea de cualquier intervención en Birmania, no hay un plan B", sostuvo.
El experto expuso que la comunidad internacional tiene que trabajar en Birmania con todas las oportunidades que se le presenten. En la actualidad, lo factible es la lucha contra el trabajo forzado, dijo.
Desde 1998, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) intenta infructuosamente que el régimen birmano prohíba sin ambigüedades el trabajo forzado.
Empero, la última declaración de la junta de administración de la OIT, en noviembre, aceptó también que la erradicación del trabajo forzado no puede considerarse de una manera aislada de la evolución del cuadro político ni tampoco de las actuales iniciativas de diálogo.
El representante de Uruguay, Alejandro Artucio Rodríguez, alertó al Consejo de la extendida práctica por parte de las fuerzas militares birmanas de imponer en zonas rurales formas de trabajo forzado y no remunerado a los campesinos, como por ejemplo en la construcción de carreteras y puentes.
En zonas de conflicto armado, el reclutamiento forzado de niños para la guerra se ha transformado en práctica habitual, y ello por ambos bandos, detalló Artucio Rodríguez, quien también previno de que canto más tarde se entable un diálogo sin exclusiones, "más se habrá de tardar en llegar a destino".
En la importancia del diálogo con las autoridades militares coinciden igualmente Gambari y el enviado especial de la Unión Europea para Birmania, Piero Fassino.
Fassino comentó a IPS que entre los tres, con Pinheiro, ha surgido una convergencia absoluta, tanto en el análisis de la crisis como en la definición de los objetivos para favorecer la apertura del diálogo, que "es una condición fundamental para dar una solución a la crisis".
El representante de la UE confió que hay un compromiso común europeo y asiático para apoyar la acción de Gambari y Pinheiro y alentar nuevos contactos de los dos emisarios de la ONU con Birmania.
Pinheiro comentó a IPS que muchos países muestran interés en Birmania. Los recursos fundamentales de la nación asiática son la abundancia de gas natural y el propio territorio a raíz de la posibilidad del tendido de conductos.
Pero creo que el capital más importante de Birmania es su capital geopolítico. Es una "dream position", una ubicación ideal en el mundo, entre China e India. Es el lugar del futuro, vaticinó el experto.