Especies de insectos nunca antes vistas en Europa comenzaron a establecerse en todo el continente, causando preocupación por el impacto del recalentamiento planetario en la salud pública y la biodiversidad.
En la aldea alemana de Dorsten, cerca de la frontera con Bélgica, la escuela debió ser cerrada porque orugas procesionarias del roble habían invadido el patio de recreo. Padres y maestros sintieron temor ante las posibles consecuencias en la salud de los alumnos.
"La presencia masiva de estas orugas en Alemania es una consecuencia muy reciente del cambio climático", dijo a IPS Stefanie Hahn, bióloga de la Agencia Federal para la Agricultura y Silvicultura. "Es tan reciente que no tenemos información sistemática sobre su evolución entre nosotros."
"Estos insectos sólo pueden sobrevivir cuando el clima es suficientemente cálido", indicó Walter Maier, médico de la Universidad de Bonn especializado en el estudio de los parásitos.
Europa ha experimentado desde hace varios años veranos e inviernos más templados, lo que creó las condiciones para la proliferación de insectos y virus normalmente considerados foráneos.
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La thaumetopoeidae pertenece a una familia de polillas que incluye a la procesionaria del roble, así llamada porque las orugas marchan como en procesión. Su presencia puede provocar en los humanos dermatitis, asma, conjuntivitis y otras enfermedades.
Hasta hace poco jamás había sido vista en el norte de Europa, pero en julio varias aldeas en el estado (provincia) alemán de Renania del Norte-Westfalia se vieron invadidas por estos insectos. También irrumpieron en Bélgica, Holanda y Londres.
En la provincial belga de Limburg, el problema alcanzó tal magnitud que el gobernador Steve Stevaert debió recurrir al ejército para que quemara a las orugas.
Algo similar ocurre con los jejenes, insectos voladores algo más pequeños que los mosquitos que también succionan sangre humana.
Su picadura puede provocar desde úlceras cutáneas hasta anemia e inflamación del hígado y el bazo, mortal si no se la trata a tiempo. Un niño contrajo esa dolencia en la ciudad alemana de Aachen en julio.
Estos insectos, típicos de zonas tropicales, han sido vistos recientemente en una zona de Alemania y Suiza que se extiende por 300 kilómetros a lo largo del río Rhin, desde la alemana ciudad alemana de Colonia hasta la suiza de Basilea.
"Esto es consecuencia del recalentamiento planetario. En estos casos, que se están volviendo cada vez más frecuentes, los jejenes y otros vectores pueden volverse endémicos", señaló Maier.
Asimismo, agregó, el culicoides imicola, pequeño mosquito cuyo hábitat normal es África subsahariana, ha migrado a Europa en los últimos años y encontró el clima de Alemania de su agrado.
Este mosquito transmite varias epizootias (enfermedades animales) como la del virus de la lengua azul, que afecta a caballos, ovejas y, con menos frecuencia, al ganado vacuno, cabras, búfalos e incluso ciervos.
"En los últimos meses hemos encontrado el virus de la lengua azul en más de 2.000 granjas de Alemania, Bélgica, Francia, Holanda y Luxemburgo", dijo Maier.
El virus es transmitido en Alemania por una especie autóctona de mosquito. "Lo más probable es que el vector original haya llegado con animales traídos desde África. Pero a causa de los veranos e inviernos más templados puede volverse endémico. Veremos en los próximos años nuevas epidemias del virus de la lengua azul", agregó.
Entre las enfermedades que se han vuelto más frecuentes en Alemania a causa del recalentamiento planetario figuran la borreliosis y diversas formas de encefalitis, algunas de origen japonés.
La borreliosis, o enfermedad de Lyme, se transmite por la picadura de una garrapata, y la meningoencefalitis, que también se contagia por ese vía, consiste en una inflamación viral del cerebro y las meninges.
"Creemos que la cantidad de garrapatas ha crecido dramáticamente en Alemania en los últimos años. Es un caso similar al de los mosquitos exóticos, que han migrado desde la región del Mediterráneo hacia Europa septentrional para volverse endémicos aquí", dijo Maier.
Los casos de la enfermedad de Lyme han aumentado en Alemania en los últimos meses, agregó. Y se registró meningoencefalitis incluso en Noruega y otros países escandinavos.
"Esto es algo nuevo", afirmó Maier.
Como se trata de un fenómeno relativamente reciente, no se han realizado investigaciones minuciosas sobre la relación entre el cambio climático, la inmigración y proliferación de especies exóticas hacia el norte de Europa y la creciente incidencia de enfermedades raras.
"La correlación entre todas estas variables, como el creciente número de garrapatas, vectores y enfermedades, no es clara todavía. No hemos tenido tiempo de hacer estudios sólidos sobre la presencia de artrópodos exóticos y nuevas enfermedades transmisibles en Alemania", explicó Maier.