Los edificios públicos que se construyan en el sureño São Paulo, el estado más poblado de Brasil con 40 millones de habitantes, contarán con energía solar para calentar al menos 30 por ciento del agua consumida. Es la primera vez que un estado adopta esa medida, en este país de más de 188 millones de habitantes. Ya hay siete ciudades con normas similares, incluyendo dos capitales estaduales, Belo Horizonte y Porto Alegre, ambas en el sur.
La norma fue aprobada en noviembre por la Asamblea Legislativa estadual y afectará a escuelas, hospitales y sedes de oficinas estatales.
El liderazgo de São Paulo es relevante por su peso y por convertirse en ejemplo, dijo a Tierramérica Délcio Rodrigues, coordinador de la Iniciativa Ciudades Solares, impulsada por activistas y empresas.
“La cuestión energética es regulada por el gobierno nacional, y la urbanización por los municipios”, lo que limita el papel de los estados en esas áreas, explicó.