Es enorme la tragedia en el sudoriental estado mexicano de Tabasco, afectado por lluvias históricas: 80 por ciento del territorio inundado, un millón de personas damnificadas y más de 5.000 millones de dólares en pérdidas. Remontar la situación insumirá varios años.
Ambientalistas y expertos señalan que el desastre se pudo atenuar.
"Las autoridades no hicieron un trabajo adecuado a pesar de experiencias previas y de estudios que advertían del peligro de una gran inundación", dijo a IPS Jorge Escandón, responsable del área de Cambio Climático de la filial mexicana de la organización ambientalista Greenpeace Internacional.
Las críticas indican que en Tabasco, que tiene costas sobre el golfo de México, se construyeron viviendas, caminos y centros comerciales en lugares inadecuados, pues eran zonas de desague de vías fluviales.
Se señala además que hubo una mala administración de las represas que rodean al estado. También se habla de un dudoso ejercicio de recursos públicos, falta de obras hidráulicas y tolerancia con la deforestación.
"En el contexto del cambio climático, que produce fenómenos naturales cada vez más extremos, es claro que en Tabasco no se hizo lo adecuado", sostuvo Escandón.
Tabasco, estado de 25.000 kilómetros cuadrados (la gran mayoría tierras bajas) recibió la semana pasada una cantidad de lluvia equivalente a lo que la capital mexicana recibe durante un año y medio. Los caudalosos ríos que cruzan por ese distrito se desbordaron y lo cubrieron casi todo.
Deberán pasar al menos 100 días para que las aguas se retiren, indicaron este martes fuentes de la gubernamental Comisión Nacional del Agua, según la cual las lluvias recibidas en Tabasco superaron con creces los promedios históricos.
El nivel de las aguas comenzó a descender lentamente este lunes al ceder las lluvias y bajar la marea en el litoral, lo que permitió un desagüe mayor de los ríos. Sin embargo, la inundación aún se mantiene.
Los afectados suman hasta ahora un millón de personas, la mitad de la población total de Tabasco.
Unos 70.000 están en albergues de su propio estado o del vecino Veracruz, otros han salido de la zona en autobuses y quedan cientos de miles que permanecen en sus casas a pesar de que están inundadas.
En el vecino estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, también hay miles de afectados. Además, el domingo se desgajó un cerro en ese distrito, lo que taponó un caudaloso río, provocando una enorme ola que cubrió una pequeña comunidad rural. No se tiene certeza sobre la cantidad de muertos, pero se habla de entre 16 y 80 personas.
El gobierno del conservador presidente Felipe Calderón señaló que lo urgente ahora es mantener la ayuda para los damnificados y no buscar culpables de las tragedias, que según su punto de vista tienen origen "en la enorme alteración climática".
Varias toneladas de alimentos, ropa, enseres y agua son recibidos en Tabasco desde hace cinco días. Gran parte de esa ayuda procede de aportes voluntarios de ciudadanos, a los que se sumaron los de varios gobiernos extranjeros.
Los ambientalistas y políticos de oposición reconocen que es el momento de concentrar los esfuerzos en apoyar a la población damnificada, pero consideran que eso no impide apuntar las causas de la tragedia, que a su entender van más allá de las históricas lluvias.
Tabasco creció con una planificación que no incorporó variables climáticas extremas, a pesar de las advertencias y antecedentes, dijo Escandón, de Greenpeace.
"Hubo corrupción de autoridades", pues no construyeron obras hidráulicas en los últimos 20 años, señaló por su parte el ex candidato presidencial del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, Andrés López Obrador, oriundo de Tabasco, estado gobernado por el Partido Revolucionario Institucional.
Para Miguel Granados, analista del semanario de izquierda Proceso y del diario Reforma, "ineptitudes o corrupción o la mezcla de éstos y otros factores, junto con la abundancia de las lluvias, se reunieron para generar el enorme infortunio que agobia a los tabasqueños".
Guadalupe Treviño, experta en temas hidráulicos y asesora de empresas privadas constructoras, dijo a IPS que Tabasco creció sin que sus autoridades "tomen en serio la evidencia" de que ese estado está sobre una zona tropical pantanosa de baja altitud y rodeadas por ríos.
"No se podía tolerar la construcción de viviendas, carreteras y otra infraestructura en puntos que son vasos reguladores de salidas de agua, tal como sucedió", apuntó.
"Cuando pase este desastre saldrán los trapitos al sol y muchos funcionarios actuales y pasados serán señalados por sus irresponsabilidades", vaticinó Treviño.
Tabasco es uno de los estados que recibe las mayores cantidades de agua del país, debido a su compleja red hidrológica que desemboca en el golfo de México.
El río Usumacinta, el más caudaloso del país, y el Grijalva, el segundo, forman en Tabasco un delta que desemboca en el golfo, donde arrojan unos 125.000 millones de metros cúbicos de agua al año.
El secretariado de la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres de la Organización de las Naciones Unidas señaló en un comunicado que la inundación en Tabasco pudo evitarse con un sistema de alerta temprana y esquemas para regular el uso del suelo.
Tabasco sufrió en 1999 inundaciones de gran escala, aunque no comparables a las actuales. Entonces se planificaron obras y se prometieron medidas para evitar futuros problemas.
El secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Francisco Ramírez, declaró el viernes 2 que "hay la certeza de que no se hicieron las obras, hay la certeza de que no hubo la inversión correspondiente en los últimos años" para evitar las inundaciones.
Ramírez se refería al Proyecto Integral de Control de Inundaciones, un plan oficial diseñado para Tabasco de cerca de 260 millones de dólares, según el cual, se evitarían futuros problemas.
Ahora hay dudas sobre cómo se invirtió ese dinero, del cual, según se supone, ya se habría ejecutado un 70 por ciento.
El gobierno de Tabasco recibió en los últimos siete años otros 1.000 millones de dólares adicionales y de otras partidas también para realizar obras contra las potenciales inundaciones.
"¿Qué pasó con todos esos recursos? Habrá que dar cuenta de eso. La evidencia indica que se construyó en zonas inadecuadas y que hubo en general un mal manejo de las cuencas hidrográficas", dijo el portavoz de Greenpeace.
Para el columnista Sergio Sarmiento, del diario Reforma, "si realmente las inundaciones hubieran podido detenerse con la construcción de infraestructura hidráulica, y si ésta ya estaba planeada y con recursos para su ejecución, entonces estaríamos hablando no sólo de negligencia, sino de responsabilidad penal".
"Pero hay buenas razones para pensar que ninguna obra de infraestructura hidráulica habría podido evitar las enormes inundaciones de Tabasco", originadas en una cantidad de lluvia como nunca se había visto antes, añadió Sarmiento.