El jefe de la campaña del Llamado Mundial a la Acción Contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés), Irfan Mufti, confía en que este año el movimiento logrará influenciar los presupuestos nacionales, así como las políticas de los organismos multilaterales de crédito.
En entrevista con IPS, este activista por los derechos humanos que ha sido coordinador del Foro Social de Pakistán en los últimos tres años, sostuvo que el GCAP ya tiene una importante presencia en Asia meridional, región que sufre amplias desigualdades.
Este miércoles, Día Internacional por la Erradicación de la Pobreza, los activistas desplegarán en esta oriental ciudad pakistaní una gigantesca pancarta, de 10 kilómetros de largo, con firmas de millones de personas que piden medidas más concretas contra la pobreza.
—¿Cómo funcionará este año la campaña "Levántate y alza la voz" para proyectar las demandas?
—Hay dos elementos. Hay una petición o declaración que se ha entregado a todas las coaliciones nacionales para que sea leída. Cubrirá demandas específicas, como incrementar los presupuestos para el desarrollo social y reducir el gasto militar.
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Las coaliciones de cada país prepararán documentos de políticas locales. Creamos un canal por el cual todas estas coaliciones informarán sus peticiones en nuestro sitio web, para incluirlos en un documento único que será entregado a los presidentes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington.
Intentamos que estas voces sean oídas tanto al nivel local como a nivel global. Fotografías de las actividades (de este miércoles) serán desplegadas en Washington. Estas son las acciones inmediatas, pero para el mediano plazo estamos preparando una estrategia de comunicación para utilizar estas cifras y resúmenes de acciones.
—¿Dónde se ubican Asia meridional y Asia Pacífico en todo esto?
—Somos bastante fuertes en los países de Asia meridional (Bangladesh, India, Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka), y también en los del sudeste asiático, como Indonesia, Filipinas y Vietnam. Acabamos de ir a China. En otras partes hay problemas en términos de movilización y alcance. En países como Corea del Sur, Japón, Tailandia y Camboya no tenemos una campaña muy fuerte. Pero en Australia tenemos una muy buena respuesta. El año pasado, 100.000 se "levantaron" allí.
—¿Cuál ha sido la reacción de los gobiernos de Asia meridional a sus demandas?
—No todo es positivo. Sin embargo, hay buenos ejemplos, como lo que hemos visto en Bangladesh. Ante la presión de la coalición local del GCAP, un tribunal pidió al gobierno que no firmara un acuerdo con el FMI con las condiciones que el organismo exigía. Hay ejemplos de cabildeos exitosos. En Nepal, la coalición del GCAP se reunió con el nuevo primer ministro y le hizo varias demandas. Ahora, una comisión nepalí está revisando esas demandas. En Pakistán estamos intentando iniciar un diálogo de amplia base con el gobierno para presentar nuestras exigencias.
—¿Usted piensa que alcanzando los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio la pobreza puede ser erradicada?
—No, les llamamos los "Objetivos Mínimos de Desarrollo". No representan las reales demandas de las personas, pero creemos que al menos es la agenda mínima que los jefes de Estado han firmado. Pensamos que podemos tenerlas en cuenta como la base de sus compromisos, pero no que garanticen un real desarrollo. De todas formas, seguimos usando los Objetivos como punto de apoyo, y cada país debería alcanzarlos.
—¿Cuál es la idea central este año?
—La idea básica es que hasta que la sociedad no esté organizada y movilizada no será posible influenciar las políticas. Por eso, esta es la primera etapa de la campaña para reavivar y activar los elementos sociales en las políticas. Quizás no haya un cambio inmediato, pero definitivamente en el futuro, cuando nuestros números aumenten, nuestra influencia política crecerá. También crecerán nuestros compromisos y nuestras plataformas, y seremos capaces de lograr mucho mejores resultados.
—¿Qué otros objetivos tiene la campaña del GCAP?
—Para resumir, está basada en la movilización liderada desde el Sur. Mientras la estrategia clave es movilizar el mayor número posible de personas en el mundo, también se busca crear alternativas. Lo que estamos tratando de hacer es usar los mismos documentos en nuestros contactos con el Banco Mundial, con la Organización Mundial del Comercio, con el Grupo de los Ocho (países más poderosos) y con otros. Por eso, en cierta medida estamos también sugiriendo alternativas.
—El GCAP ha mostrado una extraordinaria solidaridad.
—Estamos tratando de desarrollar la solidaridad entre el Norte y el Sur. Este es un factor muy importante, porque ahora se puede ver que la campaña es muy activa en los países del Sur como en los del Norte, como Europa, América del Norte, Australia y Japón. La solidaridad es un componente muy fuerte.
—El año pasado, el GCAP y la Campaña del Milenio de la ONU estableció un récord Guinness por la mayor movilización única coordinada en la historia, cuando 23,5 millones de personas en unos 100 países se pusieron de pie contra la pobreza. ¿Esperan romper el récord este año?
—Ése es nuestro intento. Pero este año no sólo intentamos romper un récord en términos de números, sino que también nos trazamos otros objetivos de campaña fundamentales. Intentaremos extendernos a otras partes del mundo. Este año hemos alcanzado a 106 países, y tengo la esperanza de que el número final sea 120.
—Se ha dicho que la campaña de este año es más política. ¿Por qué?
—Un objetivo es influenciar a los líderes políticos. Es por eso que hemos introducido el concepto de delegaciones y embajadores ante los líderes políticos. En unos 36 países, estas delegaciones de coaliciones locales se están reuniendo con ministros de Finanzas, primeros ministros y jefes de Estado para presentar demandas.
Este año no sólo nos concentramos en la campaña "Levántate y alza tu voz", sino que también tenemos muchas otras actividades, como las pancartas gigantes. Se están organizando cadenas humanas y también habrá tribunales de mujeres. Por lo tanto, hay todo un menú de actividades y no sólo la protesta de ponerse de pie y alzar la voz.
Hay definitivamente un elemento político, y eso es porque nuestra coalición mundial es muy sensible a la realidad. Tenemos que concentrarnos en el aspecto político de nuestras demandas. Debemos entender el lado político de la gobernanza mundial.