En la conmemoración del 12 de Octubre, España oscila entre honrar el Día Nacional de España, como lo establece la ley, o que ésta se difumine entre «las Patrias», entendiendo por tales a las 17 comunidades autónomas que integran este país y en especial a la vasca y la catalana.
La celebración de esta fecha, que recuerda el primer arribo de Cristóbal Colón a América, fue establecida en 1918 por el gobierno español como Fiesta de la Raza, en 1940 fue cambiada por el dictador Francisco Franco (1939-1975) a Día de la Raza, en 1958 pasó a ser Día de la Hispanidad y desde 1987 es Día Nacional de España.
Pero en la actualidad, ese día es encarado desde distintos ángulos, según quien lo diga, sea un partido político, el gobierno de alguna de las 17 comunidades autónomas o su gobierno central.
Esa diferencia va desde quienes exigen que se fortalezca el estado unitario sin permitir ni siquiera deslices a las autonomías, hasta quienes no ocultan la intención separatista de alguna de ellas. Una discordia que no parece tener solución a la vista.
Está claro que más allá de la intención verdadera de las reivindicaciones de los distintos sectores están las próximas elecciones generales, a realizarse en marzo de 2008 y para la cual las encuestas dan escaso margen de diferencia entre el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la principal fuerza de oposición, el centroderechista Partido Popular (PP).
¿Puede alguna de esas autonomías declararse independiente? Si se toman en cuenta lo establecido en la Constitución Española y la pertenencia de este país a la Unión Europea (UE), la respuesta es negativa.
Ni la Constitución lo permite ni la UE reconocería a un estado surgido de la ruptura de uno de sus miembros contrariando las leyes establecidas.
Pero eso no impide que el presidente del gobierno autónomo del País Vasco, Juan José Ibarretxe, miembro del Partido Nacionalista Vasco (PNV), haya anunciado que convocará un referéndum en octubre de 2008, al que ha calificado como "consulta de ratificación del pacto alcanzado (con el gobierno central) o una consulta habilitadora para abrir un proceso de solución".
Su propuesta es que, mediante ese referéndum, "la sociedad vasca abra el camino a recorrer, legitime su contenido y valide un proceso de negociación política". Ese proceso partiría de una oferta para suscribir un pacto entre el País Vasco y España.
Según Ibarretxe, la oferta incluye "el principio democrático a la voluntad de la sociedad vasca y el compromiso de incorporar este reconocimiento y su ejercicio en el ordenamiento jurídico". La falta de claridad en el enunciado no impide que muchos en España hayan interpretado que está planteando una posición independentista. Aclaración que se desprende de otro anuncio de Ibarretxe y es que en 2010 convocará un referéndum "resolutivo sobre el derecho a decidir y a la territorialidad".
Ante esas demandas, los dos partidos mayoritarios mantienen posiciones opuestas. Mientras el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, plenamente apoyado por su partido mantiene una posición de diálogo con Ibarretxe, aunque sin aceptar el independentismo, el PP defiende una y otra vez la unidad de España, acusando al gobierno de transigir.
Así, el líder del PP, Mariano Rajoy, ha convocado a los españoles a celebrar de forma especial el 12 de octubre y a "honrar y exhibir" la bandera española.
En los últimos meses se ha puesto de relieve que gobiernos autónomos y ayuntamientos gobernados por nacionalistas violan la ley al no poner en el frente de sus sedes la bandera española, sino solamente la del lugar, como es el caso de la catalana, vasca, gallega o valenciana.
La bandera aprobada en 1978 por la Asamblea Constituyente, señala Rajoy, es "la que exhiben nuestros deportistas con orgullo, la que cubre el féretro de nuestros soldados, a la que saludan con respeto todos los jefes de Estado que nos visitan, el símbolo de España, de la nación libre y democrática".
Por ello convoca a que el 12 de octubre todos los españoles "hagan algún gesto que muestre lo que guardan en su corazón". Esa actitud se traducirá en poner la bandera española en las casas, vehículos y lugares públicos, utilizar la escarapela y manifestarse en las calles.
Seguramente no tendrá entre quienes hagan esos gestos a Ibarretxe, porque el presidente vasco está de gira por Chile, Argentina y Colombia y regresará sólo el lunes próximo, pasando por alto los actos conmemorativos del 12 de octubre que se realizarán en España. Una actitud que no ha gustado ni al gobierno ni al PP.
Aunque el PSOE considera exagerada la posición del PP llamando a movilizaciones por el 12 de octubre y así lo manifestó su secretario de organización, José Blanco, quien tras escuchar a Rajoy señaló que "cuando la derecha se pone a gritar España muchos españoles se estremecen".
Y eso es así, explicó, porque "Rajoy y los dirigentes del PP intentan apoderarse de los símbolos de España y usarlos como instrumentos de agitación en su campaña electoral en contra de todos los españoles que no piensan como ellos".
En Cataluña, por otra parte, se suscitó una fuerte polémica lanzada por los nacionalistas contra el presidente de la Comunidad, el socialista José Montilla, porque éste resolvió acudir a las fiestas del 12 de octubre en Madrid, "como lo hizo años atrás otro presidente de Cataluña, (el nacionalista) Jordi Pujol", aclaró él.
Con estos antecedentes, el secretario general del grupo parlamentario socialista, Julio Villarrubia, advirtió de que la posición de Rajoy puede llevar a que se produzcan incidentes, problemas, "ruido y bronca". Con él coincide Blanco, quien dijo que Rajoy agita a los miembros del PP "para que haya lío el día de la Fiesta Nacional".