Cuando sólo faltan dos días para las elecciones de Argentina, la candidata a la presidencia por el oficialismo, Cristina Fernández, lidera con holgura las encuestas de opinión de voto, mientras la fragmentada oposición aparece lejos de poder pelear una segunda vuelta.
Si las proyecciones de las consultoras se concretan, por primera vez una mujer llegará directamente a la presidencia de Argentina a través de las urnas. Su mandato, previsto legalmente para finalizar en 2011, coincidirá en una primera etapa con el de una vecina, Michelle Bachelet, quien asumió el gobierno de Chile un poco antes.
Al final de una campaña proselitista dominada por la apatía, los sondeos colocan en general a la senadora Fernández, esposa del presidente Néstor Kirchner, en un rango que va de 40 a 50 por ciento de las preferencias entre los consultados.
Por eso parece casi imposible que haya necesidad de una segunda ronda presidencial, puesto que la ley electoral establece que el candidato o candidata que obtenga al menos 45 por ciento más uno de los votos o 40 por ciento y 10 puntos porcentuales de ventaja del segundo o segunda accederá al gobierno directamente.
"No es tanto por liderazgo político sino por continuidad de gestión que la mayoría (del electorado) apoyará a Cristina", interpretó este viernes el encuestador Hugo Haime, quien explicó que la proyección del voto de indecisos le permitió armar un escenario en el que la candidata del gobernante sector centroizquierdista del Partido Justicialista (peronista) llega a 50 por ciento.
Consciente de que los apoyos son heredados, la senadora cerró su campaña en la víspera con un acto en el que se mostró abrazada a su marido y con los ojos húmedos, mientras Kirchner parecía despedirse de los seguidores de ambos convocados para la ocasión en La Matanza, la más populosa localidad de la oriental provincia de Buenos Aires y ubicada contigua a la capital argentina.
Kirchner consiguió sacar al país de la crisis socio-económica de 2001, una de las peores de su historia. Impulsó un fuerte crecimiento económico y bajó a más de la mitad los niveles de pobreza y desempleo. También renegoció con éxito la mayor parte de la abultada deuda pública en cesación de pago desde ese colapso.
"Sabemos lo que falta, sabemos cómo hacerlo", fue el eslogan de la campaña de Fernández.
"La gente está preocupada por los aumentos de precios, la pobreza o el empleo, pero ya no, por ejemplo, por la falta de trabajo sino por la falta de aumentos de salario, la necesidad de crear puestos en blanco (legales), con aportes a la seguridad social, etcétera", puntualizó Haime.
Las investigaciones de intención de voto ubican en segundo lugar de las preferencias a otra mujer, Elisa Carrió, quien lidera la centroizquierdista Coalición Cívica. Según las firmas consultoras, esta abogada logró consolidarse en los últimos días como la figura que arrastra a la oposición, pero que logra sólo el respaldo de 18 a 23 por ciento de los entrevistados.
Los analistas políticos coinciden entonces que la atomización de la oposición, con una docena de fórmulas presidenciales, dejará afuera cualquier posibilidad de una segunda vuelta.
En la última semana Carrió logró aumentar la brecha respecto del tercero en discordia, Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Kirchner y que se presenta en coalición con el tradicional partido de oposición al justicialismo, la centrista Unión Cívica Radical. Apenas logra 13 por ciento de la intención de voto de los consultados. Más atrás en cuando a nivel de adhesiones se abre un abanico de postulantes de punta a punta del arco ideológico, entre los que sobresalen el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, del sector derechista del justicialismo, su par de Neuquén, el también derechista Jorge Sobisch, y el economista liberal Ricardo López Murphy.
Por la izquierda aparecen como mejor posicionados el cineasta Fernando "Pino" Solanas y líderes de movimientos de desocupados, más conocidos como piqueteros por su modalidad de protestas bloqueando calles.
Suman unos 27 millones de argentinos los convocados a las urnas este domingo para elegir presidente y vicepresidente, legisladores nacionales y provinciales, ocho gobernadores y otras autoridades locales. Por primera vez podrán votar también los presos sin sentencia firme, que suman unos 40.000, que equivalen a 63 por ciento del total de encarcelados.
Según los encuestadores, una mayoría integrada fundamentalmente por sectores de clase baja y media baja, concentrados en los suburbios de Buenos Aires y en el interior profundo de Argentina apoyan a Fernández. Pero buena parte de los sectores medios alto y los más ricos del país, que votan principalmente en las ciudades, se inclinan por la oposición.
El caso más paradigmático es la ciudad de Buenos Aires, donde las últimas encuestas señalan que podría ganar Carrió. En la capital de la central provincia de Córdoba, de igual nombre, otra de las grandes urbes, el triunfador en las encuestas es Lavagna.
Pero el distrito que define el resultado es la provincia de Buenos Aires, pues concentra casi 40 por ciento del padrón electoral y es donde el oficialismo encabeza las preferencias. No sólo se impone Fernández para presidenta sino que el favorito indiscutido para ganar la gobernación es el actual vicepresidente, el ex motonauta Daniel Scioli.
La encuestadora Poliarquía remarcó que la apatía, que se registra como un fenómeno creciente en las últimas elecciones, se acentuó en esta campaña en la que los resultados parecían previsibles. Seis días antes de los comicios, siete de cada 10 argentinos respondieron a la firma que no tenía interés en la votación.
Del total de consultados, más de 70 por ciento dijo que la política le interesa "nada" o "poco" y un porcentaje considerable decidirá su voto a último momento.
El desinterés se acentuó al momento de integrar las mesas de votación en la ciudad de Buenos Aires. La Junta Nacional Electoral indicó que en este distrito, de un total de más de 17.000 convocatorias, 15.000 fueron devueltas rechazadas.
La respuesta obligó a las autoridades a pedir la intervención de la Corte Suprema de Justicia, que convocó a funcionarios del Poder Judicial para la realización de los comicios. En cambio en el resto del país, la mayoría de los requeridos respondió afirmativamente al llamado.