Las protestas en España y Ecuador contra la agresión sufrida por una joven ecuatoriana en el tren subterráneo de Barcelona apuntan a la impunidad de muchos ataques xenófobos y devuelven al debate las dificultades de los emigrantes ecuatorianos y latinoamericanos en Europa.
Cientos de inmigrantes, diplomáticos ecuatorianos y la propia canciller de este país, María Fernanda Espinosa, tomaron parte el jueves de una manifestación de condena al ataque y por la defensa de los derechos de los residentes extranjeros, en la nororiental ciudad española de Barcelona.
Ecuatorianos que viven en Bilbao (norte) y Valencia (este) también realizaron una protesta este viernes, y la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (Fenadee) y entidades españolas y de otros países convocan a un acto este sábado en la madrileña Puerta del Sol.
El español Sergi Xavier Martín Martínez, de 21 años, golpeó e insultó a la adolescente ecuatoriana de 16 años, el 7 de octubre en el tren subterráneo de la capital de la comunidad autónoma de Cataluña. Las imágenes del ataque, captadas por la cámara de seguridad del metro, se conocieron esta semana.
Martínez insultó y gritó frases xenófobas a la joven, mientras la golpeaba en la cara y en un seno, y finalmente le lanzó una patada a la cabeza. El ataque fue repudiado en Quito por entidades como el Comité Ecuménico de Derechos Humanos y la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, así como por varios gobiernos y personalidades sudamericanas. Raúl Jiménez, portavoz de la Asociación de Emigrantes Rumiñahui Hispano Ecuatoriana, dijo a IPS que el caso no es aislado.
Pero su difusión ha servido para que se comience a tomar conciencia en España y en Ecuador sobre la agresión a los latinoamericanos que han emigrado, y sobre la necesidad de combatir a grupos neofascistas que expresan constantemente su rechazo mediante la violencia. El activista de Rumiñahui, una de las organizaciones convocantes a la manifestación de este sábado en Madrid, sostuvo que se busca sensibilizar a la población y a las autoridades para que la preocupación no termine cuando se apague la difusión de este incidente. La cantante argentina Mercedes Sosa, de gira por Ecuador, dijo que "solamente un loco" puede actuar como el agresor, pero recordó que "no todos los españoles son así", poniendo como ejemplo el compromiso con América Latina de músicos populares de España, como Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina. El gobierno ecuatoriano apoyó con abogados y protección a la joven agredida, y el consulado en Barcelona prometió mantener ese respaldo. Sin embargo, el agresor quedó en libertad tras una audiencia judicial el jueves. Un juez de instrucción de Sant Boi de Llobregat decretó la libertad provisional sin fianza para el acusado, y le impuso medidas cautelares, como prohibición de salir de su localidad, de acercarse a la víctima a una distancia inferior a 1.000 metros, de mantener cualquier tipo de comunicación telefónica o electrónica con ella, y de utilizar la línea de trenes en la que cometió el ataque.
También le ordenó concurrir dos veces por día a la sede de la policía de su vecindad y dos veces por mes al juzgado.
Pero este viernes, el juez Eduardo Gómez López modificó esas medidas, ordenando en cambio que sea la policía local la que visite al atacante dos veces por día en su domicilio, para controlar que no abandone su localidad.
La fiscalía decidió apelar la decisión de excarcelación.
"El hecho perpetrado, deleznable y repugnante tanto desde el punto de vista social como legal, ha consistido en un hecho puntual; es decir, no media una serie de agresiones continuadas en el tiempo", justificó el juez en la resolución.
La defensa señaló que el joven padecía un "trastorno psicológico grave", que fue tratado durante 10 años, pero no se indagó sobre sus posibles vinculaciones con grupos neofascistas de "cabezas rapadas". Este viernes, mientras participaba en el X Encuentro de Poetas Iberoamericanos en la occidental ciudad española de Salamanca, Espinosa lamentó que no se hubiera dispuesto la prisión del agresor. "Dejar en la calle a una persona que es capaz de cometer actos violentos y xenófobos, es realmente peligroso", aseguró Espinosa y mostró su "sorpresa y preocupación por la decisión del juez". La canciller dijo respetar la independencia de la justicia española, pero "no necesariamente hay que concordar con la decisión tomada".
El abogado de la joven está trabajando "profundamente" en el caso porque las medidas de alejamiento y otras restricciones "no son suficientes", agregó.
Este "no es un acto aislado", pues "la xenofobia, el racismo, son taras de nuestra civilización que deben ser erradicadas", añadió Espinosa.
Organizaciones de inmigrantes de Valencia señalaron en un comunicado que frente a la "violencia cotidiana y las provocaciones fascistas", es necesaria una "mayor implicación de las instituciones públicas en la seguridad y en la calidad de vida de la ciudadanía".
Exigieron además "justicia y derechos para todos" y que "se paralicen las expulsiones" de inmigrantes.
El Parlamento de Cataluña aprobó por unanimidad una declaración de "rechazo y condena" de los "brotes y ataques racistas", en "especial" de la agresión del 7 de octubre.
Además instó a la administración a que "persiga este tipo de conductas individuales o colectivas" y que se potencien "instrumentos para la erradicación de cualquier forma de violencia" y se "reparen sus consecuencias".
Días antes de la difusión del vídeo, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, había anunciado que la Asamblea Nacional Constituyente, que empezará a sesionar en noviembre en este país, debería reconocer a la quinta región, que es la de los emigrantes. "Ya no podemos imaginar al país con cuatro regiones: Costa, Sierra, Amazonia y Galápagos, sino cinco", incluyendo la "denominada 'de los migrantes', que tendrá toda la atención", dijo Correa en reuniones con ecuatorianos residentes en España e Italia la semana pasada.
Ese reconocimiento permitirá que los emigrantes no sólo reciban apoyo de la Secretaría Nacional del Migrante, que tiene rango de ministerio, sino que se implementará un banco para que puedan enviar sus remesas de dinero sin costos a sus familias y para fomentar proyectos productivos en este país sudamericano.
También se habilitaría la participación política mediante la elección de legisladores que representen a los ecuatorianos en el exterior. Según cifras de ayuntamientos y entidades oficiales de España, viven en ese país más de 400.000 ecuatorianos, y asociaciones de emigrantes estiman que son más de 600.000. Más de tres millones de personas viven fuera de Ecuador.