El caracol gigante africano (Achatina fulica), detectado en Venezuela hace una década, devora hojas y frutos en jardines y pequeños predios agrícolas de la septentrional zona de Aragua, según reportes del Ministerio de Agricultura. «Se le considera una plaga, y por ser hermafrodita se reproduce rápidamente, animado por las temporadas lluviosas y con su capacidad de adaptarse a climas más o menos fríos o cálidos», explicó a Tierramérica el zoólogo Alberto Fernández, de la Universidad Central de Venezuela.
Con ejemplares de hasta 12 centímetros de largo, el caracol puede desequilibrar ecológicamente la zona, la serranía que bordea el litoral caribeño, al aparecer en las vecindades del Parque Nacional Henri Pittier, rica reserva de flora y fauna de 107 mil hectáreas en el norte de Aragua.