Los atuneros de Venezuela y México, líderes regionales de esa actividad en el Pacífico oriental, protegen a los delfines que se desplazan junto a los cardúmenes de atún, según la venezolana Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (Fundatún). En los años 70 morían unos 300 mil delfines al año en el Pacífico, atrapados y asfixiados en redes de pesca atunera, pero hoy «difícilmente la cifra anual llega a tres mil», dijo a Tierramérica el director de Fundatún, Carlos Giménez.
«En años recientes, acuerdos y normas internacionales, como las impuestas por la Comisión Interamericana de Atún Tropical, regulan la actividad», indicó a Tierramérica Ricardo Molinet, de la Asociación Venezolana de Armadores Atuneros.
En las embarcaciones de más de 400 toneladas viaja un biólogo marino como supervisor. «Además, hoy día las redes incluyen dispositivos que evitan que los delfines se asfixien», agregó Giménez.