Un método cubano para edificar y reparar viviendas con materiales ecológicos y resistentes a desastres naturales recibió el 1 de este mes el Premio Mundial del Hábitat, entregado anualmente por la británica Fundación para la Construcción y la Vivienda Social El proyecto «Ecomateriales para la Construcción Social», propone materias primas alternativas, ahorrando costos de producción y respetando el entorno, para distribuirlas en el plano municipal.
Por ejemplo, el cemento puzolanico CP-40, que se obtiene mezclándolo con ceniza de la paja de caña de azúcar y zeolita, un silicato de aluminio, y el uso de desechos como el aserrín, la cascarilla de arroz y la paja como combustibles para la cocción de la cal y los ladrillos de arcilla.
José Martirena, uno de sus principales promotores, dijo a Tierramérica que estas tecnologías probaron su eficacia en Cuba y en casi una veintena de países donde se han aplicado, y que existen planes para su extensión nacional e internacional.
Con el coauspicio de la Organización de las Naciones Unidas, los premios Hábitat se otorgan desde 1985 para estimular las soluciones prácticas, innovadoras y sostenibles al déficit habitacional.