Ex mineros y trabajadores jubilados de la localidad de Canto de Agua, 700 kilómetros al norte de la capital chilena, cultivan orégano orgánico en pleno desierto, sumándose a la creciente producción agrícola libre de sustancias químicas contaminantes Los nuevos cultivadores obtienen agua de fuentes subterráneas para regar un cuarto de hectárea de orégano, que podría ampliarse en breve a nueve hectáreas. El único abono que utilizan es el guano (excremento) de cabra.
El Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP) respalda esta iniciativa a través de su programa de apoyo a campesinos pobres.
En nueve de las 13 regiones de Chile hay más de 500 cultivadores orgánicos de hortalizas, aguacates, cítricos, miel, frutillas, cerezas, espárragos y en rubros innovadores, como la quinua y la lombricultura.
Entre1999-2000, los ingresos por exportaciones de productos orgánicos sumaron cuatro millones de dólares. Los campesinos chilenos han desarrollado más de 400 hectáreas de orientación orgánica con «altos estándares de calidad», destacó el martes el director del INDAP, Ricardo Halabí.