El gobierno de Chile completó la normativa para la protección de las aguas de emisiones contaminantes al expedir un reglamento sobre los cursos y depósitos subterráneos, informó la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama). El texto pretende controlar los residuos que se infiltran a través del subsuelo a los acuíferos, como se denomina a las formaciones subterráneas en la jerga de los expertos.
Esta reglamentación es de vital importancia por el empleo de los depósitos subterráneos para abastecer de agua a ciudades del desértico norte de Chile, indicaron fuentes oficiales.
La primera norma para mejorar la calidad del agua se expidió en Chile en 1988, estableciendo límites a la cantidad de contaminantes que las industrias pueden descargar en redes de alcantarillados. En 2001 quedaron bajo regulación las concentraciones permitidas para descargar residuos líquidos en ríos y mares.