Los recolectores informales de basura reciclable de Curitiba, capital del meridional estado de Paraná, reclaman remuneraciones a la alcaldía por el servicio público que cumplen al recoger 360 toneladas diarias de residuos. Se trata de 70 por ciento de los papeles, plásticos, vidrios y otros desechos aprovechables que 1,6 millones de habitantes de Curitiba arrojan diariamente a las calles, dijo a Tierramérica Margaret Matos de Carvalho, coordinadora del Foro estadual Basura y Ciudadanía.
El pago no sería individual, sino que se destinaría a formar un fondo en beneficio de los cartoneros y sus familias, explicó Matos, también procuradora del Trabajo en Paraná.
Si este movimiento tiene éxito, podría beneficiar a centenares de miles de trabajadores que limpian las ciudades o reducen los basurales a cielo abierto en Brasil. Sobre ellos no hay estadísticas. En Curitiba las estimaciones varían de cinco mil a 20 mil personas.