Refugiados e inmigrantes indocumentados sufren torturas, violaciones generalizadas de derechos humanos, abusos sistemáticos y una completa despreocupación por sus vidas en la frontera sudoriental de la Unión Europea, advirtieron activistas este lunes.
La organización no gubernamental griega Abogados por los Derechos de los Refugiados y la alemana Pro Asyl realizaron esta evaluación en el informe titulado "La verdad puede ser amarga pero debe ser dicha", frase escrita en la pared de un antiguo centro de detención en la isla griega de Lesbos.
La investigación se basa sobre entrevistas con refugiados de diversos países —dentro y fuera de los centros de detención de Lesbos y otras dos islas griegas, Chios y Samos—, con personas que cruzan la frontera grecoturca marcada por el río Evros y discusiones con autoridades locales y activistas.
El informe revela que miembros de la patrulla costera griega obligan a los inmigrantes a volver a aguas territoriales de Turquía, los abandonan en islas deshabitadas o dañan sus embarcaciones para forzarlos a retornar.
Desde principios de 2007, los traficantes de personas parecen haber llevado un creciente número de emigrantes indocumentados a Turquía y luego a Grecia. La extensa costa marítima entre los dos países hace que el patrullaje sea muy dificultoso.
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En consecuencia, las islas de Chios, Lesbos y Samos —a unos pocos kilómetros de Turquía— se han visto inundadas con sucesivas oleadas de recién llegados.
La patrulla costera emplea cualquier método disponible para detener ese flujo. En Evros, los refugiados arrestados en el momento de su llegada quedan incomunicados durante días antes de ser expulsados de regreso a Turquía, señaló la investigación.
Estas prácticas constituyen una seria violación al principio de no devolución, contemplado en varios tratados internacionales firmados por Grecia, entre ellos la Convención de Ginebra de 1951 y la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíben enviar de regreso a refugiados a países en los que sus vidas pueden estar en peligro.
La situación no mejora para quienes logran cruzar la frontera. "El proceso administrativo que se aplica en los casos de refugiados e inmigrantes viola derechos fundamentales, en particular los referidos a una audiencia justa y un derecho de apelación efectivo", advirtió el estudio.
Los detenidos permanecen así largos períodos sin ningún tipo de asistencia legal que proteja sus derechos. Según el Consejo de las Naciones Unidas para los Refugiados en Grecia, en la primera mitad de 2007 sólo 16 de 14.594 solicitudes de refugio fueron concedidos.
En el periodo de detención las personas son frecuentemente acosadas y víctimas de burlas. La directora del Centro de Rehabilitación para Víctimas de la Tortura, María Piniou Kalli, dijo a IPS que al menos en dos casos el maltrato era equivalente a la aplicación de tormentos.
"Después de tres meses es difícil encontrar evidencias físicas. Pero el testimonio de las víctimas parece indicar que fueron interrogadas empleando métodos de tortura brutal", señaló Kalli.
"Fueron golpeadas severamente, sumergieron sus cabezas en baldes con agua o las cubrieron con bolsas de plástico para sofocarlas, las sometieron a simulacros de ejecución y les golpearon las plantas de los pies con objetos contundentes", agregó.
"Lo que me preocupa es que la mayoría de los métodos empleados no causan un daño permanente. Esto podría significar que quienes los usaron recibieron instrucción sobre cómo hacerlo", comentó Kalli.
Durante los preparativos para los Juegos Olímpicos que se realizaron en Atenas en 2004, la patrulla costera griega recibió entrenamiento de la empresa privada de seguridad estadounidense Blackwater, expulsada de Iraq por los métodos brutales empleados contra los civiles de ese país.
Las organizaciones de derechos humanos que prepararon el informe reclaman acciones correctivas. "Esto es el resultado de la política migratoria de la UE. Estamos en la Fortaleza Europa", dijo a IPS Giota Masouridou, representante del grupo de abogados.
"Queremos un nuevo mecanismo de asilo para refugiados. Demandamos la abolición del sistema que sólo permite solicitarlo en el país de ingreso, para que los aspirantes puedan solicitar asilo en la nación en la que realmente quieren permanecer", agregó.
"Esas reglas inhumanas y tecnocráticas discriminan a los Estados miembro de la UE que se encuentran en la periferia del bloque, dejando que países como Grecia se hagan cargo del problema solos. Europa necesita otro mecanismo para asumir su responsabilidad con los refugiados", dijo Masouridou.
El informe también exige que Grecia detenga inmediatamente las prácticas de retorno ilegítimo de refugiados y respete los derechos humanos. "Las cosas van a mejorar sólo y cuando la responsabilidad sea transferida del personal uniformado a verdaderos especialistas", advirtió.
