Los partidarios del «No» al Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, América Central y Estados Unidos (DR-Cafta) exhibieron su capacidad de convocatoria en las calles de San José una semana antes del referéndum que decidirá si Costa Rica se suma o no a ese pacto.
"Es una muestra patriótica, de las más maravillosas en la historia reciente de Costa Rica", dijo a IPS Fabio Chávez, secretario general de la Asociación de Empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (Asdeice), principal sindicato del país y miembro destacado del movimiento por el No.
"Calculamos 300.000 personas, más que duplicando la anterior manifestación contra el TLC (Tratado de Libre Comercio) del 26 de febrero", agregó. Otras estimaciones de los organizadores pusieron la cantidad de manifestantes en 150.000.
Chávez añadió que "es una fiesta a la que han acudido padres, niños, hermanas, y en la que decimos que no queremos este TLC. Es un preámbulo de la victoria en el referéndum" del domingo 7, en la que los votantes decidirán si este país se suma o no al DR-Cafta, del que ya forman parte El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
La Alianza por el "Sí" no ha convocado ninguna manifestación multitudinaria. Pero en los últimos días ha reforzado los puestos informativos en todos los cantones del país.
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Los partidarios del No esperan una amplia victoria en las urnas "con un 65 por ciento de los votos, esa es nuestra proyección, y hoy se ha comprobado que la verdadera encuesta está en el pueblo", dijo Chávez.
A su juicio, los costarricenses "vamos a decirle a los Estados Unidos y al mundo que somos un pequeño gran país de una amplia tradición democrática, y que somos amigos de nuestros amigos, pero que queremos que se nos respete y que no permitiremos que nadie socave nuestro Estado de derecho".
Chávez opina que "vamos a ser un ejemplo para todo el mundo. De aquí en adelante los tratados de libre comercio deberán ser más justos".
Una encuesta publicada el viernes en el principal diario de Costa Rica, La Nación, arroja un empate técnico, con 50,6 por ciento a favor del Sí y 44,7 por ciento por el No.
Hace apenas un mes, la ventaja del Sí parecía bastante holgada, pero las diferencias se redujeron drásticamente tras la aparición de un memorando interno firmado por el entonces vicepresidente de la República, Kevin Casas, y el diputado Fernando Sánchez, en el que se instaba a presionar a los alcaldes para que hicieran campaña a favor del tratado, bajo amenaza de recortes de presupuestos para sus cantones en caso de perder las votaciones.
El escándalo forzó la dimisión de Casas. Pero el diputado oficialista Sánchez sigue en su asiento a pesar de las presiones para que abandonara el escaño.
El TLC ha enconado la vida política y social en este país, aunque muchas de las opiniones de la gente continúan la línea de moderación tradicional de los costarricenses.
"Creo en los tratados, creo en la apertura comercial, pero también creo que con éste ponemos en riesgo, si es que no perdemos, nuestra soberanía, estableciendo una nueva soberanía a la que yo llamaría tiranía de los Estados Unidos", dijo a IPS una mujer que trabaja en servicios financieros en el sector privado.
Desde el lado del Sí ha habido muestras de molestia por la participación de la Iglesia Católica en el debate a favor del No. La semana pasada, 94 sacerdotes católicos, encabezados por el obispo emérito de San Isidro del General, Ignacio Trejos, firmaron un documento en el que afirman que "es preciso que triunfe el No en el referéndum".
Otro de los factores de intenso debate en los últimos meses es la limpieza de los comicios. Antonio Sobrado, presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, afirmó que "hay casi 45.000 fiscales políticos acreditados y más de 1.100 observadores nacionales, además de observadores internacionales, con una importante misión de la Organización de los Estados Americanos", lo que asegura la transparencia electoral, dijo.
Uno de los temores es que un resultado muy ajustado en las urnas pueda ser impugnado por alguna de las partes, especialmente por el No.
"Esperamos limpieza, y por eso hemos hecho un gran esfuerzo y tendremos 23.000 fiscales, más de cuatro por mesa, para garantizar la pureza del sufragio", dijo Chávez.
El presidente Óscar Arias instó el sábado desde Limón, en el este del país, a respetar los resultados de la consulta popular y a "pasar página", y aseguró que desde el 8 de octubre su gobierno seguirá trabajando para la firma de acuerdos comerciales con China y la Unión Europea.
Un total de 2.654.627 costarricenses están llamados a votar este domingo. Para que el resultado del referéndum tenga carácter vinculante, se requiere la concurrencia a las urnas de 40 por ciento del padrón (1.061.851 electores) en las 4.932 juntas receptoras de sufragios distribuidas en todo el país.
Las encuestas indican que ese carácter parece asegurado, pues aproximadamente dos tercios de los consultados han manifestado su deseo de expresarse sobre el debate más caliente que se recuerde en Costa Rica en el último medio siglo.