Mientras el mar Ártico se derrite, los principales bancos de Estados Unidos invierten miles de millones de dólares en 150 nuevas centrales eléctricas alimentadas a carbón en todo el país.
"¿En que están pensando (los banqueros)?", se preguntó Leslie Lowe, directora del programa de energía y ambiente del Centro Interreligioso sobre Responsabilidad Corporativa.
Son inminentes las regulaciones sobre emisiones de dióxido de carbono (el principal gas de efecto invernadero) y, en cualquier caso, beneficiarse con la destrucción de la naturaleza y de las comunidades es inmoral, dijo Lowe en una conferencia de prensa.
"Es una locura construir nuevas generadoras a carbón", opinó.
Eso es precisamente lo que están haciendo el Bank of America y el Citi (ex Citigroup), afirma el informe "Banks, Climate Change & the New Coal Rush" ("Los bancos, el cambio climático y la nueva fiebre del carbón"), presentado este martes por la Red de Acción por los Bosques Tropicales (RAN, por sus siglas en inglés).
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La generación eléctrica en centrales térmicas a carbón es la mayor fuente de dióxido de carbono del mundo, supera a la deforestación y a las emanaciones de la quema de combustibles del transporte, dijo Rebecca Tarbotton, directora de la Campaña Global de Finanzas de la RAN.
Las 150 centrales propuestas arrojarían a la atmósfera entre 600 millones y 1.100 millones de toneladas de carbono anuales, señaló Tarbotton en una entrevista. Las emisiones globales de ese gas son de momento de unos 8.000 millones de toneladas.
"Si se construye una cantidad importante de esas generadoras no hay esperanzas de evitar una catástrofe climática", dijo Bill McKibben, autor y fundador de Step It Up, una enorme manifestación contra el calentamiento global.
"El cambio climático se está manifestando mucho más rápidamente de lo que cualquiera esperaba", declaró McKibben a IPS.
En las últimas dos semanas, informes de que el manto helado del Ártico se redujo drásticamente en este verano boreal dejaron a los científicos conmocionados por la velocidad y el grado del derretimiento.
El Ártico bien puede pasar de blanco a azul en menos de una década, afirman algunos. Las consecuencias de un Polo Norte sin hielo en el sistema climático y natural mundial todavía están por ser sopesadas.
Actualmente, el carbón genera aproximadamente la mitad de la electricidad de Estados Unidos, y libera 80 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del sector. Construir nuevas plantas alimentadas a carbón —que tienen una vida útil proyectada de 50 años— prácticamente revertiría todo esfuerzo interno por reducir la contaminación, observó McKibben.
La RAN y una coalición de organizaciones ambientales y religiosas, así como el ex vicepresidente Al Gore, los senadores John Edwards y John Kerry, y el líder de la mayoría del Senado Harry Reid, todos del opositor Partido Demócrata, exigen una suspensión a la construcción de nuevas generadoras térmicas a carbón.
"No puedo comprender por qué no hay jóvenes bloqueando la maquinaria para impedir que construyan centrales eléctricas a carbón", dijo Gore, destacado activista contra el calentamiento global, en una cita del diario The New York Times en agosto.
Además, "es financieramente absurdo respaldar una técnica del siglo XIX en lugar de tecnologías del siglo XXI", opinó McKibben.
En vez de invertir unos 140.000 millones de dólares en más carbón, las instituciones financieras deberían buscar opciones de energía limpia, como la solar, la eólica y la eficiencia energética, dijo Tarbotton, de la RAN.
"Invertir esa suma en mejorar la eficiencia energética podría reducir en 19 por ciento la demanda eléctrica de Estados Unidos para el año 2025, eliminando la necesidad de nuevas centrales a carbón", afirmó.
No debería olvidarse que extraer carbón mineral implica remover montañas, abrir enormes minas a cielo abierto y generar millones de toneladas de desechos tóxicos que ya han devastado muchas partes del país, enfatizó Tarbotton.
"El sur de West Virginia es una zona de guerra. Todos los días explotan unos 1.600 millones de kilogramos de explosivos", aseguró Julia Bonds, fundadora de Coal River Mountain Watch (Observatorio de la Minería del Carbón de River Mountain).
"Están envenenando nuestra agua y nuestro aire. Quiero que el Citi y el Bank of America se den cuenta de que cuando financian la industria del carbón están arruinando vidas y matando comunidades", dijo Bonds.
El Citi es un importante financiador del sector energético y de los combustibles fósiles y el principal financiador de la explotación de carbón del mundo.
Según la revista Forbes, los activos del Citi, de 2,2 billones de dólares, lo convierten no solamente en el banco más grande del mundo, sino también en la mayor empresa del mundo, según el informe.
El Citi es la principal fuente de inversiones de la industria carbonífera, con más de 4.000 millones de dólares entregados a Peabody Energy, la mayor empresa mundial de minería de carbón.
El banco aportó miles de millones de dólares a empresas mineras que explotan montañas, por ejemplo, Massey Energy, Arch Coal, Alpha Natural Resources y otras. Estas compañías son responsables por la pérdida de unas 405.000 hectáreas de bosques y sierras en los montes Apalaches, en el noreste de América del Norte, señala el informe.
En 2006, el Citi respaldó con más de 38.000 millones de dólares a la industria de la energía, mientras financiaba sólo una operación de energías alternativas, pese a sus comunicados en los que se mostraba como el banco "más verde" de Estados Unidos, destacó Tarbotton.
Hay muchos proyectos de energías alternativas que necesitan financiamiento, y la coalición espera que los bancos dejen de financiar el carbón.
En cuanto a la muy publicitada tecnología "de carbón limpio", los ambientalistas dicen que de momento no hay ninguna manera práctica de capturar y almacenar los gases contaminantes, e incluso si el problema tuviera solución, ésta demoraría una o dos décadas en alcanzarse.
"No hay nada limpio en la minería de carbón. Es un verdadero insulto a la gente que tiene que vivir en zonas mineras", dijo Bonds.
"El único carbón limpio es el que queda en el suelo", concluyó Tarbotton.
Ni el Citi ni el Bank of America accedieron a responder estas críticas, pese al pedido de IPS.(FIN/IPS/traen-js-dcl/sl/ks/na kp en if nr md/07)