El sudoriental estado mexicano de Tabasco afronta una situación sin precedentes por las persistentes y abundantes lluvias, con 70 por ciento de su territorio inundado y ya 20 por ciento de sus dos millones de habitantes afectados en diversos grados.
"La situación es de emergencia y lo peor aún estaría por venir", advirtió este miércoles Andrés Granier, gobernador de Tabasco, un estado tropical de unos 25.000 kilómetros cuadrados que perdió ya casi la totalidad de sus cultivos tradicionales de plátano, cacao, caña y maíz
Las intensas lluvias de los últimos cinco días y el desbordamiento de la mayoría de los ríos que cruzan la demarcación, que tiene 184 kilómetros de litoral con el golfo de México, dibujaron un cuadro nunca antes visto.
Su vecino del sur, Chiapas, que tiene costa con el océano Pacífico y limita con Guatemala, también sufrió los estragos de las inundaciones, por lo cual 4.000 de sus habitantes rurales fueron enviados a refugios.
Algo similar sucedió con otro estado del área, Veracruz, ubicado también sobre el golfo de México, donde las inundaciones dejaron ya unos 1.000 damnificados de las zonas agrícolas.
Soldados, personal de defensa civil y vecinos de la zona ya han colocado en los últimos días más de un millón de costales de arena en los cauces de los ríos tabasqueños con la esperanza de contener el agua. Sin embargo, en muchos casos fueron ya rebasados.
El gobernador Granier, del tradicional Partido Revolucionario Institucional, ordenó este miércoles el desalojo de todo la zona céntrica de la capital estadual, Villahermosa, pues sus calles y plazas comenzaron a anegarse por el desbordó del río que cruza esa urbe de 650.000 habitantes ubicada en el centro del territorio.
Las autoridades dispusieron unos 1.000 albergues en ese estado, que ya fueron ocupadas por unas 35.000 personas y el número va en constante aumento. Además, todos los centros educativos suspendieron sus labores, al igual que la mayoría de oficinas y comercios.
"No necesitamos que no envíen dinero, sino manos que nos ayuden a poner más costales para evitar que el agua siga entrando", dijo a IPS Gilberto Luna, dueño de un pequeño hotel en Villahermosa.
El empresario relató que el nivel de agua en el centro de la ciudad ha subido lenta pero persistentemente desde la madrugada del martes. "Nunca había pasado algo así, es una emergencia total y lo peor es que ahora sigue lloviendo", sostuvo.
Varias de las carreteras que llegan al estado desde el centro de México están ya cubiertas de agua así que pronto podrían ser cerradas, indicaron funcionarios de Tabasco.
El gobierno nacional de Felipe Calderón envió soldados y a varios de sus funcionaros a Tabasco para coordinar las labores de apoyo a la población.
Según los reportes meteorológicos, las lluvias continuarán en la zona al menos hasta el viernes debido a un frente frío y nuboso que afecta a la región.
Gran parte de México, incluida la capital, registra desde la semana pasada intensos fríos, que no son comunes en esta época del año.
"No se debe culpar al cambio climático de todo", pero los problemas que se viven en Tabasco y el accidente que hace una semana se registró en una plataforma petrolera del golfo de México, por la presencia de fuerte vientos, están relacionados con ese fenómeno, dijo el secretario (ministro) de Medio Ambiente, Rafael Elvira.
El 23 de este mes, en medio de un mar picado y mucho viento, colisionó una plataforma marina con válvulas de crudo conectadas al lecho del golfo, lo cual dejó un saldo de 21 personas muertas y provocó un derrame de crudo que hasta ahora afecta las costas mexicanas, entre ellas a las de Tabasco.
Agencias de la Organización de las Naciones Unidas reconocen que México tiene buenos programas en materia de protección civil frente a desastres, tal como lo demostró en agosto, cuando fue golpeado en sus costas caribeñas por el huracán Dean, uno de los cuatro más intensos desde que se empezó a medir ese fenómeno meteorológico.
La rápida coordinación de autoridades y la evacuación sin mayores contratiempos de la población fue evidente en esa oportunidad.
En el caso de Tabasco, la coordinación también funcionó, pero se dieron problemas con las evacuaciones. El gobierno de Granier advirtió a los damnificados que todavía se resisten a ser llevados a albergues que, si no colaboran, se apelará a la fuerza pública para ello.
Expertos y estudios advierten de que la progresiva destrucción de las barreras naturales, como la erradicación de manglares de las zonas costeras para construir hoteles y condominios, evidente sobre todo en el Caribe mexicano, multiplica el poder destructor de los huracanes y de otros fenómenos naturales.
Lo mismo sucede con la boyante deforestación en gran parte de este país, que llegan a unas 250.000 hectáreas anuales de acuerdo con cifras oficiales. Este problema reduce la capacidad de absorción hídrica de los suelos y los hace más vulnerables a inundaciones y deslaves.
