AMBIENTE-EL SALVADOR: Récord en contaminación

Ambientalistas y habitantes de esta ciudad salvadoreña reclaman el cierre definitivo de la empresa fabricante de baterías para automóviles que ya lleva 12 años contaminándolos con plomo.

Dos adolescentes, parte de una marcha de protesta contra la compañía Baterías de El Salvador, sostenían un cartel con la leyenda "Justicia para los niños envenenados por la Récord", nombre comercial que utiliza la empresa en sus productos.

Los manifestantes acusaron al gobierno de actuar con negligencia. En Sitio del Niño, paradójicamente, los menores son quienes más sufren la contaminación. Según análisis realizados por el Ministerio de Salud en abril, se registraron altos niveles de plomo en su sangre.

Pero no sólo los niños y niñas, sino también los adultos, sufren dolor de cabeza y huesos, diarreas, infecciones urinarias y respiratorias, deficiencia renal y hasta cáncer.

Hugo González, de 37 años, vive a 400 metros de la fábrica contaminante de Baterías de El Salvador, a 31 kilómetros de la capital de esta nación centroamericana. Su voz se quiebra al relatar a IPS su tragedia.
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La esposa de González, María Antonia, de 30 años, está embarazada de ocho meses y su médico ya le confirmó que tiene exceso de plomo en la sangre. En consecuencia, el feto también está contaminado y puede sufrir complicaciones.

Los análisis practicados a su otro hijo de cinco años, Hugo, encontraron 16 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre.

La Organización Mundial de Salud (OMS) considera "aceptables" hasta 10 microgramos en una persona de 16 años. Quienes tengan hasta 12 están en riesgo bajo, mientras que entre 12 y 20 corren un riesgo importante.

Cuando la concentración de plomo supera los 20 microgramos puede causar daños irreversibles al sistema neurológico y dejar discapacidades de por vida.

Lorena de González denunció a IPS que cuando la médica Blanca Estela Aguilar, del Ministerio de Salud, realizó un censo en la comunidad le dijo que ella era la responsable de la contaminación "por el tipo de cacerolas que utiliza y el piso de cerámica de su casa".

"Nosotros hemos visitado la fábrica y desde ahí no sale contaminación", indicó la médica según el relato de la mujer.

"Somos pobres, pero sabemos qué es lo que nos está contaminando", afirmó González.

Eva Peñate, profesora del Centro Escolar Comunidad Rural Sitio del Niño, vive a menos de 200 metros de la fábrica. Señaló que el rendimiento académico de los niños ha disminuido considerablemente en los últimos años. No menos de 25 por ciento de los estudiantes no asisten a clases de forma regular a causa de sus problemas de salud.

"Ha bajado su nivel de atención durante las clases, se duermen, se quejan de dolor de ojos y muchos repiten el mismo grado varias veces" porque su capacidad intelectual se ha reducido, explicó la maestra. Ella no quedó al margen del problema: le cuesta coordinar ideas y está por quedarse ciega.

Baterías de El Salvador, que emplea a unos 350 trabajadores, es propiedad de la familia de Miguel Lacayo, ex ministro de Economía. Produce y recicla no menos de 20.000 baterías diarias. Se instaló en Sitio del Niño hace 12 años aunque hace sólo tres que colocó un cartel que la identifica.

"La Record", como se la conoce popularmente aquí, desde entonces ha estado en el centro de la polémica. El tema se recalentó hace dos meses, cuando un artículo periodístico destacó el enfrentamiento entre los ministerios de Salud y Medio Ambiente, que se han estado "tirando la pelota" sobre cuál de ellos tenía la responsabilidad de actuar.

Hace unas semanas el ministro de Salud, Guillermo Maza, recomendó a los habitantes irse de la zona para evitar una mayor contaminación.

Maza ordenó el 24 de septiembre el cierre de la fábrica. Los vecinos consideran que la medida es "importante", pero insuficiente: no es definitiva y sus fundamentos se refieren a la falta de "permiso vigente de instalación y funcionamiento", sin hacer mención a la contaminación con plomo que provoca.

El fiscal general, Félix Safie, declaró que no puede actuar hasta no contar con pruebas sobre el envenenamiento de la población, aunque el procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, lo instó a iniciar acciones penales contra la empresa.

Carlos Mejía, del no gubernamental Movimiento sin Plomo (MSP), acusó al gobierno de actuar de forma irresponsable, ya que el problema se conocía desde hace años.

Mejía señaló que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), con sede en la ciudad estadounidense de Atlanta, realizó en 2005 exámenes a 370 trabajadores de la empresa.

"A 128 les encontró 40 microgramos de plomo por decilitro de sangre, a 59 les hallaron 52 microgramos y la lista sigue hasta llegar a 36 trabajadores con más de 70 microgramos", relató Mejía, antropólogo y director del museo del municipio de Santa Tecla.

El CDC informó del caso de Angelita Ester Gámez. Cuando la niña tenía 11 años, los análisis revelaron que su sangre contenía casi 12 microgramos de plomo. El estudio más reciente reveló que la concentración de ese metal ya llegó a los 72 microgramos.

Mejía vive en la zona desde hace tres años. Tiene una lista con los nombres de 85 niños contaminados, entre ellos Geovany, un bebé 14 meses que lleva en su sangre 22 microgramos de plomo por decilitro.

La nómina incluye a los hijos de Mejía, Yale de seis años y Gamaliel de 10, quienes "se despiertan llorando a la madrugada con vómitos y dolor de huesos", indicó.

"Esta es una contaminación indiscriminada", remarcó Mejía.

Sitio del Niño, en el noroeste salvadoreño, es parte de una amplia planicie que ha sido promocionada durante décadas por los gobiernos como zona agropecuaria.

Aquí se estableció el "distrito de riego de Zapotitán" y tiene su sede la Escuela Nacional de Agricultura, donde se cultivan hortalizas, caña de azúcar, flores y maíz. A los costados de la carretera se observan cientos de animales vacunos.

Según ambientalistas, las emanaciones de plomo de "La Record" no sólo ponen en riesgo a los pobladores del lugar. El radio de contaminación podría alcanzar unos 10 kilómetros, lo que afectaría la salud de al menos 20.000 personas.

Asimismo, aunque carecen de pruebas concretas, el plomo podría haber afectado también a buena parte de la producción agrícola de la zona, que en muchos casos es vendida en la capital, advirtieron los ambientalistas.

Josseline Acevedo, una niña de ocho años, quien vive a 150 metros de la planta y sufre de dolor de huesos y fiebre, se convirtió en un símbolo para la prensa cuando participó a mediados de septiembre de una caminata organizada por el MSP, desde Sitio del Niño hasta el palacio presidencial en la capital, San Salvador.

Josseline se negó en varias ocasiones a subirse a un vehículo porque, dijo, "quiero demostrarle al presidente", Antonio Saca, "lo que estoy sufriendo".

Raquel Cruz, abogada del Centro de Tecnología Apropiada, expresó a IPS que seguirán demandando "el cierre definitivo de la empresa, la descontaminación de la zona, el tratamiento médico de los niños y la indemnización de las víctimas".

"Si el presidente Saca tiene sentido humano", una frase común en la publicidad oficial, "entonces que cierre la fábrica", dijo un habitante de esta comunidad. "La verdad es que nos está matando".

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