El paso en septiembre del poderoso huracán Iván por la Península de Guanahacabibes, unos 200 kilómetros al oeste de la capital de Cuba, dejó como secuela el riesgo de incendios que serían desastrosos para esa estratégica reserva de la biosfera. Expertos alertaron con preocupación que una chispa bastaría para hacer arder, durante la próxima temporada poco lluviosa (febrero a mayo), la gran cantidad de árboles, ramas y hojas que derribaron o desgajaron los fuertes vientos.
El Cuerpo de Guardabosques de la zona elabora un programa de prevención y vigilancia, que incluye patrullaje aéreo y limpiezas.
A la vez, los guardabosques de la península serán entrenados para extinguir incendios, hasta ahora no usuales en la zona.
Ese personal debe estar listo el 1 de febrero, inicio de la etapa crítica de riesgo de incendios forestales, señaló Jesús Cabrera, experto en protección de bosques en esa región.